El autollamado mundo civilizado asiste impasible al genocidio de miles de palestinos durante estos días. Es la traca final de un mandato imperial que finaliza, ( no olvidemos que sin el beneplácito de la potencia, Israel no estaría llevando a cabo estos atroces hechos), y el comienzo turbulento en forma de patata ardiente del nuevo emperador que antes de salir a escena ve cómo el escenario se hace añicos.
La periodista Malén Aznárez publica hoy en la pág. de Tribuna de El País un certero artículo titulado "Gaza, si no lo contamos, no existe". No quieren testigos. Quieren que miremos a otro lado para que nos sigamos creyendo que el primer mundo es el garante de los derechos humanos y así podamos seguir durmiendo tranquilamente, de noche o de día, tras haber pulsado varias veces el mando de la TV y sumergirnos en cualquiera de sus programas o dejarnos llevar por la pertinaz ola de sequía convertida este invierno en la pertinaz ola de frío, temas siempre recurrentes para una sana evasión mental.
Esta barbarie nos hace retroceder hasta miles de años atrás. ¿ Qué quedará después de esto?.
Devastación, ruinas, refugiados, hambre..... Llegado el momento nos volcaremos en ayudas para levantar lo destruido, para llevar medicinas, comida,....
Pero.. ¿ quién hará desaparecer el odio, nutrido con tanta sangre vertida?. Nada ni nadie podrá. Durará décadas futuras anidado en la retina de todos los niños que han sentido hasta los huesos el frío aterrador de la bestialidad humana. Y nos mirarán con resentimiento y sin distinción. Como ahora los están mirando a ellos, a sus casas, a sus tierras, a sus padres, a sus hermanos, amigos....
Nunca entenderán qué mal hicieron para merecer esto... por qué las naciones miraron para otro lado hasta que ya fue tarde... por qué.... por qué.....
Sus vidas, ya mutiladas de mil formas, estarán sembradas de interrogantes sin repuestas.
Para siempre.
