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domingo, 28 de diciembre de 2008

Una manera de querer

Recordáis a Claudina y Alberto Gambino









Sabéis que esta canción fue censurada en nuestro país en 1974. Era una canción "cargada de erotismo", que podría escandalizar a los españolitos del momento. Afortunadamente al año siguiente -¿por qué sería?- lograron incluirla en su disco: "Canciones del amor armado", y nos enseñaron a querer con nuestros dedos.


UNA MANERA DE QUERER
(Eduardo Gudiño Kieffer)

Sí, claro que te quiero con el alma,
pero también te quiero con el cuerpo.
Te quiero toda y quiero que me quieras
con toda la piel, con las uñas, con los dedos.

¿Ves? Mis dedos.
Aquí, donde temino y donde empiezo.
No sé por qué nos dicen que en los dedos
no pueden florecer los sentimientos.
¿Ves? Tus dedos.
Allí donde terminas y donde empiezas.

Déjame que te quiera con mis dedos,
pulsándote apenitas, apenitas,
rozando tus caderas en un largo
descenso por colinas infinitas.

Que mis dedos te besen el ombligo,
que mis dedos se curven en tus senos.
Que mis dedos te abran como un cofre
lleno de flores perfumadas, lleno.

Quereme con las puntas de tus dedos,
paseando por mi vientre, por mi pecho,
tocando mis costillas una a una,
haciéndome cosquillas en el cuello.

Explórame despacio, soy un mundo
por vos todos los días descubierto.
Estoy abierto a toda la ternura
escondida en la punta de tus dedos.

Sí, claro que te quiero con el alma,
pero también te quiero con el cuerpo.
Te quiero toda y quiero que me quieras
con toda la piel, con las uñas, con los dedos.

Para los que queréis más seguid el enlace

viernes, 26 de diciembre de 2008

Si algún día
después de amar, amé,
fue por tu amor




Si alguien quiere acompañar a Serrat

Vuela esta canción
para ti, Lucía.
La más bella historia de amor
que tuve y tendré.
Es una carta de amor
que se lleva el viento
pintado en mi voz
a ninguna parte
a ningún buzón.

No hay nada más bello
que lo que nunca he tenido.
Nada más amado
que lo que perdí.
Perdóname si
hoy busco en la arena
una luna llena que
arañaba el mar.

Si alguna vez fui un ave de paso,
lo olvidé para anidar en tus brazos.
Si alguna vez fui bello y fui bueno,
fue enredado en tu cuello y tus senos.
Si alguna vez fui sabio en amores,
lo aprendí de tus labios cantores.
Si alguna vez amé.
Si algún día
después de amar, amé,
fue por tu amor, Lucía.
Lucía...

Tus recuerdos son
cada día más dulces.
El olvido sólo
se llevó la mitad,
y tu sombra aún
se acuesta en mi cama
con la oscuridad,
entre mi almohada
y la soledad


Joan Manuel Serrat