A finales de los 80 del siglo pasado (que raro suena esto),compartimos con Carlos Aladro muchos cafés mientras nos contaba las ideas que tenía para trabajar con alumnos y con profesores, con las escuelas, con el teatro, que había sido y era su vida. Entre proyecto y proyecto siempre nos hablaba de sus años de Madrid, de su experiencia en el Pilar y en el Pozo del Tío Raimundo. Y de Savater, que fue su alumno y su amigo.
Años después, cuando Fernando Savater empezó a venir por Jerez a las Jornadas de la Caballero Bonald, cuando inauguraó nuestro Instituto (que lleva su nombre), cuando volvió a la ciudad a sus conferencias, a presentar sus memorias ("Mira por donde") con Luis Antonio de Villena... siempre Savater hablaba de Carlos Aladro.
Hace unas semanas Carlos nos dejó y Savater ha vueto a dedicarle, como lo hizo en varias páginas de su libro de memorias, un cariñoso recuerdo. Os dejamos su artículo, con Carlos Aladro (al que admirábamos por su genialidad, por su creatividad, por su pasión y su ternura) en el recuerdo.
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