He leído este fin de semana un pequeño librito ( Ed. Destino) de apenas sesenta páginas y que se titula como esta entrada. El autor es Stéphane Hessel y está prologado por José Luis Sampedro. Se lee en un rato, pero puedo asegurar que es de esos libros que conviene tener siempre a mano, - uno más-para releer aunque sean dos párrafos y quedarse conectado o enchufado o rumiando, .... como se prefiera.
"Cuando alguien como Hessel llama a la insurrección pacífica, a desperezarse, a rebelarse, hay que escucharlo. Miembro de la Resistencia francesa, superviviente de Buchnwald, militante a favor de la independencia argelina y defensor de la causa palestina, este eterno luchador es, además, el único redactor aún vivo de la Declaración Universal de los DD.HH. de 1948.
Las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo, pero siguen ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes, a las minorías étnicas. La peor actitud es la indiferencia. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue."
Añadir, tan sólo, que tanto Hessel como Sampedro nacieron en 1917. Y que a sus noventa y tres y noventa y cuatro años ya cumplidos, llenos de lucidez, nos piden a gritos, sobre todo a la juventud ( el futuro) : " coged el relevo, ¡indignaos!
5 comentarios:
También he leído el libro.Lo que haría falta es que lo leyeran nuestros hijos, nuestros alumnos. No solo leerlo sino pasar a la acción.No creo que suceda .Estamos "anestesiados".
Juan M. grilo
Pienso que más temprano que tarde, habrá un respuesta de la juventud ante tanto atropello, a pesar de la anestesia que evidentemente nos han inoculado en dosis imperceptibles, pero que ahí tenemos los resultados. No me cuadra que unas generaciones tan preparadasestén dispuestas a vivir de por vida en las condiciones que que van calando.
LA verdad es que cuesta trabajo creer que -ya no los jóvenes- sino todos, sigamos tan adormecidos, tan parados, tan ajenos a todo lo que pasa... aprovechemos al menos estos rinconcitos para animarnos entre todos y decir estas cosas, por poco que consigamos con ello. AGL
En los colegios, en las clases, siempre se les reprende a los alumnos que están en desacuerdo con el sistema, se les manda callar y regresar al orden del "redil"... eso anestesia.
Costará trabajo salir de ésta. Pero no dudo en que se saldrá.Lo que no sé es cómo. Indignarse es un paso previo a cualquier acción ya sea individual o colectiva. Para mi, indignarse es tomar conciencia de lo que hay y sobre todo de no creer todos los "razonamientos" que nos ofrecen.
La institución escolar, como tal, ha servido y sirve fielmente a todo aquello que el sistema le dicte.Es la gran contradicción.Por supuesto nada de alumnos críticos y todo muy controlado a pesar de las apariencias. ¡buen tema para debatir!. JAEM
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