lunes, 25 de noviembre de 2013

Indecencia

"Ya les adelanto yo que en el PP no se ha llevado una doble contabilidad
ni se ha ocultado ningün delito."

(Declaraciones del Presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados
en sesión extraordinaria celebrada para tratar el escándalo del caso Bárcenas.
1 de agosto de 2013)


El pasado 22 de Noviembre el diario El País recogía una información en su sección de política bajo el título: "El juez Ruz corrobora  que el PP tuvo una cuenta B de continuo en el tiempo".
Ruz es juez de la Audiencia Nacional e instructor del caso Bárcenas.
El Auto dice: "El conjunto de los elementos bajo análisis (...) permite confirmar a nivel indiciario (...) la presunta existencia  por parte del PP  de una cierta corriente financiera  de cobros y pagos  continua en el tiempo al margen de la contabilidad remitida al Tribunal de Cuentas".
De lo anterior, se traduce  que el primer partido de  España ( del que emana el gobierno actual) , manejaba una  presunta contabilidad B, según el Magistrado.

Al menos, son sospechosos de haber cobrado en negro durante años así como de comisiones ilegales  procedentes de empresas que, a su vez, recibían concesiones públicas. Por no hablar de los famosos sobresueldos. No se trata  de esperar la vía judicial. No es eso. Se trata de poner en marcha la responsabilidad política. ¿ O sólo existe la judicial?. Hay conductas  y formas que aunque no estén penalizadas judicialmente, si lo están- o deben estarlo- en el ámbito político. De lo contrario se termina judicializando al cien por cien el quehacer político que pierde de forma inmediata su propia esencia.
Son los mismos  que vienen recortando sueldos, que han llevado a las pensiones a perder su poder adquisitivo en el futuro inmediato, los mismos que vienen recortando prestaciones de servicio y que " externalizan" ( vaya palabra, vaya eufemismo) servicios públicos, los mismos de la tremenda reforma laboral, de la retrógrada Ley educativa (LOMCE), y de tantas y tantas barbaridades, siempre apuntando, de acuerdo a su criterio, a las clases mas desfavorecidas y clases medias. Los mismos del rescate a la banca y de la amnistia fiscal.Y aún sin finalizar el trabajo pendiente siempre de nuevas medidas, de nuevos ajustes.
Todo ello en nombre, nos dicen, del ahorro y del buen hacer económico. Casi a punto de concedernos una medalla colectiva de reconocimiento por lo que estamos sufriendo ( había que escuchar hoy a Montoro). Sobra cinismo. A salvo han quedado, los presuntos sobresueldos en B  o el pago de dietas y suplidos. ¿ se nos puede pedir que nos apretemos el cinturón?.
Una noticia  que saltase a la prensa como la de El País del pasado 22, habría provocado una crisis de gobierno inmediata en cualquier país de nuestro entorno. Insisto. Hubiese provocado la inmediata caída del gobierno, previa dimisión de su Presidente. ( Como reacción política independiente de la posterior vía judicial).
Pero no ha sido así. Ni el Gobierno ha reaccionado, ni el partido que lo sustenta tampoco ni el primer partido de la oposición tampoco. Me refiero a reacciones contundentes  dada la gravedad del caso, porque lo que el Presidente del Gobierno  afirmó  en sede parlamentaria ha sido desmentido, no por los tertulianos de turno o por simples bulos, sino por un Magistrado de la Audiencia Nacional  mediante un auto de su instrucción.
Y no ocurre nada. Hoy mismo la dirigente Cospedal, ante los micrófonos, -y a estas alturas sin la mínima credibilidad- , afirma  que las cuentas del PP están todas en el Tribunal de Cuentas y punto. Eso sí, aprovechando la ocasión y en relación a la condena de Fabra ( conocida hoy) afirmó que respeta la decisión de los jueces pero.... que la sentencia no es definitiva. Ninguna opinión crítica, ninguna censura sobre su compañero de partido Fabra, destacadísimo militante y dirigente durante muchos años.
La falta de reacciones ante el auto del juez Ruz refleja la sensación de que el sistema está haciendo aguas, de que no hay defensas, de que no hay nada que hacer. Y sobre todo, ayuda un poco más a normalizar conductas y procedimientos políticos alejados de la ética, de la honestidad, de la vergüenza. Lo que en realidad ocurre es que se están normaliozando procedimientos y conductas inmorales, deshonestas  y llenas de desvergüenza y mentiras.
Con estos mimbres, ¿ se puede ir construyendo el día a día de una democracia  basada en el Estado de Derecho?.
No hay democracia capaz de resistir este estado de cosas a medio plazo. Es inaceptable la situación que vivimos y que nos va conduciendo de forma imparable a una devaluación democrática de imprevisibles consecuencias y a una caída en picado  del Estado de Derecho, sustento de toda democracia.
La corrupción no acabará mientras los partidos la amparen de alguna manera a través de distintos métodos y conductas ya sea por acción u omisión. No acabará.
¿Qué se puede esperar de una sociedad que no reaccione ante el grado de decadencia en la que estamos inmersos y que se vea sometida a esta normalización de conductas ?. ¿Cómo es posible que los dirigentes políticos  que están en la cúspide de nuestra estructura política no reaccionen, no ya ante ideas políticas contrarias, sino ante la ausencia de valores  y conductas sin los cuales no es posible la democracia, salvo que la convirtamos en un grandioso decorado de cartón piedra?. Un decorado falso y muerto.
Hace falta, ante este aire cada vez más irrespirable, una regeneración democrática urgente, basada en aquellos principios básicos  y que están por encima de ideologías de partidos. Con el mismo ímpetu  con el que se están aprobando, día a día, cantidad de leyes  que se quieren poner en marcha cuanto antes. Es cuestión de voluntad antes de que sea tarde. Es una necesidad previa a cualquier camino democrático democrático que emprenda con posterioridad, el partido o partidos que gobiernen. Es urgente. Es condición sine qua non.

Pablo Ruz Gutiérrez ( 1975) es juez e instructor del caso Bárcenas. En 2010 el Consejo General del Poder Judicial le nombró por unanimidad  para el Juzgado de Instrucción Nª 5  de la Audiencia Nacional en sustitución de Baltasar Garzón, suspendido por entonces cautelarmente de sus funciones  y posteriormente expulsado de la carrera judicial.

No hay comentarios: