martes, 29 de septiembre de 2009

sábado, 26 de septiembre de 2009

A propósito de la ambición y de la crisis

Entre los muchos escritos y alegatos que circulan por Internet sobre la situación actual, traemos aquí este cuentecillo, a modo de metáfora de este mundo de hoy, “el de la crisis”, marcado por la ambición y la voracidad del capitalismo.

“Un hombre de negocios norteamericano estaba en el embarcadero de un pueblecito costero de México cuando llegó una barca con un solo tripulante y varios ATUNES muy grandes.
El norteamericano felicitó al mexicano por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlo.
El mexicano replicó: Oh! Sólo un ratito.
Entonces el norteamericano le preguntó por qué no se había quedado más tiempo para coger más peces. El mexicano dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su familia.
El norteamericano volvió a preguntar:
¿Y qué hace usted entonces con el resto de su tiempo?
- El mexicano contestó: - Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar la guitarra con los amigos. Tengo una vida plena y ocupada, señor.
- El norteamericano dijo con tono burlón:
- Soy un graduado de Harvard y le podría echar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande. Con los beneficios que le reportaría una barca más grande, podría comprar varias barcas. Con el tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca. En vez de vender su captura a un intermediado, se la podría vender al mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas. Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse de esta aldea y mudarse a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y finalmente a Nueva York, donde dirigiría su propia empresa en expansión.
- Pero señor, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso?
- De quince a veinte años.
- Y luego ¿qué?
- El norteamericano soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor parte:
- Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico. Ganaría millones.
- ¿Millones, señor? Y luego ¿que?
- Luego se podría retirar. Irse a un pequeño pueblo costero donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la siesta con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y tocar la guitarra con sus amigos.
Bueno, pero eso es lo que hago ahora señor ¿Por qué tengo que esperar veinte años?”

viernes, 18 de septiembre de 2009

Vicasa no se cierra

Esta tarde, junto a otros muchos ciudadanos, he estado acompañando un rato a los trabajadores de VICASA que, como cada día desde que se anunció el cierre, se concentran en la entrada de las instalaciones.

Cada vez que se cierra una fábrica en Jerez -y desgraciadamente ya van unas cuantas- se me abren viejas heridas, las del niño que fui, y se hacen presentes las imágenes del patio de las Escuelas de mi pueblo, llenas de gente, donde estábamos todos, clamando ante el “Gobernador Civil”, para que no se cerrara una fábrica.

Hace ya cuarenta años de aquello, cuarenta años justos. En 1969 se echaba el cerrojo en Épila (Zaragoza) a la Azucarera del Jalón, que desde comienzos del siglo XX, cuando fue construida, era una de las mayores azucareras del país. La CIA (la Compañía de Industrias Agrícolas), no la consideraba ya rentable. En las épocas de campaña daba trabajo a 1200 personas de toda la comarca, que de un mes para otro se quedaron sin él. Lo demás es una historia conocida: la plantilla fue despedida, indemnizada con cuatro gordas, o trasladada y mi familia -mi padre tenía entonces 53 años- tuvo que emprender junto a otras 200 más, el camino de Jerez, a casi mil kilómetros de distancia. No había entonces “presión sindical” y la contestación social era escasa. Rabia, resignación y una gran amargura, marcaron los primeros años de muchas familias que, no terminaban de adaptarse a estas tierras del sur y, en condiciones poco favorables, emprendieron el camino de regreso.

Hoy, en el aparcamiento de VICASA, sentí de nuevo toda esa rabia (como cuando cerraron cartonajes, como cuando cerraron la azucarera de Jédula, como cuando cerraron la de Guadalcacín, como cuando cerraron Delphi…). Toda esa rabia.

La de VICASA, es la misma historia repetida, la de la voracidad del capitalismo que, después de enriquecerse a costa del trabajo de los obreros, cambia de lugar mirando sólo por sus intereses, a pesar de seguir obteniendo beneficios. He sentido la misma rabia, la misma indignación… pero no he visto ni un ápice de resignación cuando, al escuchar las palabras del veterano Antonio Alba, se habla de seguir luchando, de buscar apoyos, de pelear mientras se pueda hacer algo para que Vicasa no se cierre.

Mañana alas 11 de la mañana, tenemos todos una cita para formar una cadena humana y rodear VICASA. Para que no cierre, para que no se la lleven de Jerez, por que a este paso, si no hacemos algo, van a cerrarnos a todos.

martes, 15 de septiembre de 2009

"Hoy empieza todo"

Hoy han vuelto a los institutos miles de adolescentes y jóvenes (no había “jóvenas” por mucho que miré…) en los que hemos vuelto a descubrir aquellas caras ilusionadas que, año tras año, nos parecen siempre las mismas. Una vez más hemos vuelto a sentir la misma paradoja: los profesores somos un año más viejos, mientras que los alumnos siempre tienen la misma edad.

Algunos colegas entonaban, con poco ánimo, aquello de “Volver”… Otros recordaban lo de “Volver a empezar”, con esa carga de tarea rutinaria y pesada que el trabajo de docente lleva muchas veces consigo. Algunos, los más animosos, estaban también un poco inquietos, como los alumnos, con ganas de hacer cosas, de sacarle el mayor jugo posible a esta profesión en cada curso que comienza. Con estos últimos da gusto encontrarse cada día y, aunque la docencia es ya una tarea a veces poco grata, reconforta verse al lado de profesores y profesoras a quienes gusta su trabajo.

Por esta razón, creo que el titular que mejor cuadra para una jornada como la de cada 15 de septiembre es la del título de aquella magnífica película francesa de Bertrand Tavernier, que vi por primera vez ante la insistencia de mi compañero y amigo J.M. Abril (a quien debo ese pequeño placer). Me gusta repetir, en días como hoy, aquel título: “Ça commence aujourd,hui”, “Hoy empieza todo”.

El mundo de la educación -como la economía, la sanidad… - no está en sus mejores momentos, pero conviene recordar que, pese a todo -como la película de Tavernier nos recordaba- la escuela tiene grandes responsabilidades sociales. Y quienes trabajamos en ella también. La sociedad, (los medios de comunicación, la administración, los gobernantes, la “tribu” en general…) debe saber esto y exigirle a la educación todo lo que cabe esperar de ella.

Pero no estaría mal que cada comienzo de curso, cada septiembre, puesto que “Hoy empieza todo”, la sociedad cumpliera también con su responsabilidad para con la escuela: sin recortes, con el mayor de los reconocimientos para los profesionales de la educación, con la dotación de medios que cabe esperar. Y ello para que cada comienzo de curso sea el inicio de una tarea ilusionante y no un “Volver a empezar” con los problemas de siempre.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Impunidad

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua , impunidad significa "falta de castigo".
Pues eso es lo que cada vez ocurre con más frecuencia en la sociedad que tenemos y que hemos construido entre todos. Aquí últimamente nadie es responsable de lo que hace o dice.
Los políticos pueden hacer declaraciones terroríficas contra personas o instituciones y sus palabras no tienen ningún tipo de consecuencias ,ni jurídicas ni políticas. No pasa nada.
Se puede destrozar el mobiliario urbano , apedrear a la policía, quemar un autobús y salir indemne después de haber cometido estos actos vandálicos.
Se puede hacer un "graffiti" en un monumento ,romper los ordenadores del Instituto, destrozar un templete , partir los espejos o lunas de un coche por pura diversión y no pasa nada de nada.
Nadie paga nada .Los destrozos lo pagan los Ayuntamientos, la Consejería de Educación , el Estado. En resumen lo pagamos todos
Los hijos hacen lo que les viene en gana sin que los padres les exijan responsabilidades de ningún tipo .
Nadie es responsable de lo que hace , salvo raras ocasiones en que lo pillan "in fraganti " y a veces ni con eso.
Muchos países y gobernantes violan constantemente los derechos humanos, cometen genocidios y ningún organismo internacional es capaz de condenar esos actos. No pasa nada.
Tenemos que luchar y trabajar cada uno dentro de nuestras posibilidades para que no sea gratuito y que no se vayan de "rositas" aquellos que realizan estos actos que he enumerado y otros muchos no mencionados y que día a día vemos en los distintos medios informativos.
Tenemos que lograr que quien rompa, pague.Que quien ensucie,limpie .Que quien incumpla las reglas y cometa actos vandálicos sepa que sus actos tendrán "castigo".Que quién sea un político corrupto no continúe ni un minuto más en su puesto. Que nuestros "dirigentes" no hagan acusaciones o declaraciones sin ningún tipo de pruebas dañando enormemente el sistema democrático que tanto nos costó conseguir y que no les pase nada.
¿ Cómo lograrlo? Difícil dadas las circunstancias , pero me niego a pensar y creer que es imposible.Tendremos entre todos que empezar a buscar soluciones ¿O seguimos sin hacer nada?

viernes, 4 de septiembre de 2009

SI HAY QUE IR AL INFIERNO… SE VA.


Ante la gripe A, ante la dichosita, manida y cargante gripe A, habría que decir lo de aquel chiste de un buen hombre que asistía al sermón de un cura (de los de antes). En un alarde de teatralidad y dramatismo, el sacerdote (de los de antes) describía crudamente las penas del infierno: “… vuestra piel se quemaráaaa … vuestros ojos saltarán de las órbitassss, gritaréis de dolorrrr … pecadoressss, mientras se quema vuestro cuerpooooo …”
-Señor cura, si hay que ir al infierno, se va… pero no nos acojone más…

Os recomiendo ver este revelador video (OPERACIÓN PANDEMIA) sobre el asunto. …Y si hay que coger la gripe… se coge. Pero que dejen de darnos la monserga.