miércoles, 29 de octubre de 2014

Al hilo de una buena conversación

Hace un par de semanas tuve el placer de mantener una animada conversación con un joven veinteañero a raíz de cómo se estaba llevando a cabo el protocolo oficial en  la persona contagiada  de ébola aquí en España y sobre las declaraciones de altos dignatarios del Ministerio de Sanidad comenzando por su todavía titular Ana Mato. Mi interlocutor se quedó perplejo cuando le dije que la ministra en cuestión no pertenecía profesionalmente al mundo sanitario, ni nunca, en su dilatada faceta política ( * ) , había tenido responsabilidades - que se sepa- en el sector.
Desde ese momento la conversación derivó hacia si los políticos  deberían tener- o no - un profundo conocimiento y una sobrada preparación, como condiciones indispensables, para ejercer la titularidad política de un servicio público determinado desde el  mismísimo Consejo de Ministros hasta escalas medias e inferiores.
Mi interlocutor no entendía, con toda la lógica del mundo, cómo se puede acceder a puestos de altísima responsabilidad y remuneración sin que eso conlleve la exigencia de una preparación acorde con la función a desarrollar como suele ocurrir en la vida laboral.
Mi principal argumento se basaba en que una cosa son los políticos ( elegidos directa o indirectamente por el pueblo), los que deben trazar las líneas de actuación fundamentadas en una opción política concreta, y otra cosa muy distinta son los técnicos, asesores y funcionarios de carrera en las distintas  administraciones ( y ajenos al  plano político) como garantes  de la eficacia, buen hacer y sometimiento absoluto al ámbito correspondiente ( en este caso, al ámbito sanitario y que dio pie a nuestra conversación) y siempre, eso sí, bajo directrices políticas.
No llegamos a ninguna conclusión que fusionase posturas pero como toda buena charla enriquecedora, si abrió nuevas  interrogantes, removió un poco ideas preestablecidas y sobre todo, en mi caso, puso delante de mis ojos eso que llamamos sentido común. Ese sentido común sin añadidos, condimentos ni hojarasca, propio de un joven, que de acuerdo a lo que ha oído con insistencia a lo largo de su aún  corta vida, le lleva a afirmar con rotundidad que es necesario estar preparados. Y que de acuerdo a ese principio nuestra clase política no debe ser una excepción debiéndose votar, por tanto, entre candidatos muy preparados y cualificados máxime si tenemos en cuenta sus altas responsabilidades. Es difícil negar de entrada este principio.
Confesando de antemano que tengo algunas dudas claves al respecto, aporto algunas reflexiones al hilo de aquella buena conversación: 
Es necesario, y además posible, separar con nitidez el nivel político del nivel técnico. Dicho esto, afirmo que tal vez se halla llegado a una devaluación del cometido político al observar en planos cercanos- que son los que mejor se ven-, que es del todo imposible ejercer una función política sin la mínima preparación para la misma y mucho menos " bailando" ( no encuentro otra palabra mejor) de un cargo a otro  y a otros mas, en ámbitos, además, muy diferentes. También se puede observar, desde el patio de butacas, cómo muchos han llegado a cargos de media y alta responsabilidad política sin haber pisado la calle en el sentido de haber vivido en sus propias carnes la vida laboral, la esperada  nómina mensual de la empresa o tratar de aparcar el coche como cualquier ciudadano. Dicho en otras palabras, proceden en muchas ocasiones  de los propios cuadros del partido desde su temprana juventud. Si encima de todo ello, se rodean de asesores ( políticos camuflados) nombrados a dedo como agradecimiento a anteriores servicios prestados por ejemplo,y se mantienen al margen del equipo técnico de carrera, etc etc, ... el plato está servido.
Y si le añadimos un ramillete de guindas decorativas como por ejemplo, los disparatados sueldos y prebendas varias de las que gozan y que están prohibidas al resto de ciudadanos preparados y ajenos al mundo político; la nula responsabilidad política olvidada en estos tiempos ( basta con  pedir perdón, decir lo siento y rezar alguna oración); y el actual nivel de corrupción  irrespirable, ..... es evidente que desde el más elemental sentido común salte de inmediato la pregunta.... ¿ para qué sirven los políticos?. 
Creo, en cualquier caso, que el debate no está,  en lo que se plantea al inicio de esta entrada.  El verdadero debate está en que la clase política ( desde el escalón más alto hasta los cargos de  la mas  pequeña aldea ), sea honesta, honrada y tenga muy claras las líneas políticas a seguir y los valores a defender que no deberían ser las del jefe que lo colocó en la lista electoral. Que viva la política como un servicio a la comunidad y por tanto su tiempo en política sea limitado y su sueldo más acorde con la media de sus conciudadanos.
Que sean ejemplo donde se mire la sociedad y que abanderen los grandes valores en los que se asienta la democracia entre ellos la fidelidad a unos principios.
Que los partidos den paso a personas brillantes y preparadas para los puestos públicos y alejen  a los mediocres, aduladores y trepadores que son los que hacen carrera cuando las listas son cerrradas.
Que se sientan en todo momento elegidos por el pueblo al que representan, y se rodeen de un equipo técnico altamente cualificado en las tareas que les competan  y que se sientan responsables políticos de su acción, de su conducta y de su eficacia. La responsabilidad política  puede suponer en un momento determinado dimitir del cargo. Sería lo normal.
Que luchen por el país y su futuro que es la juventud presente.
Que no mientan ni usen un lenguaje ininteligible y vacío. Que se acaben las puertas giratorias y ninguno tenga la posibilidad de asesorar con sueldos astronómicos, tareas para la que no están preparados. 
La política no es lo que estamos viviendo. No puede ser una profesión de por vida ni el trampolín para vivir ajeno a los problemas y necesidades de la ciudadanía y beneficiarse del cargo . No lo es, aunque nos digan que es así, que es lo natural y que en todos lados cuecen habas.
Por supuesto que el nivel de cualificación técnica es indispensable. Pero el nivel político  es esencial: son representantes del pueblo, elegidos por el mismo -en listas abiertas- por su capacidad, talento, formación, honestidad, ejemplaridad,....
Por encima de todo están las ideologías -  nunca murieron ni morirán jamás - que son, en definitiva,  de donde emanan entre otras cuestiones: la organización social, la clase de sociedad que se desea construir, la cohesión social como  signo de igualdad, qué tipo de ciudadanos, qué valores,...Todo lo demás está a su servicio. O debería estarlo.
Creo en la clase política  siempre que sean dignos de ostentar el cargo y de que nos hagan  sentir orgullosos de ellos  y de su servicio a la comunidad. Son nuestra voz y en ellos nos miramos. Lo que hoy día vivimos, dista muchísimo de ello por. Se nos está haciendo crer que son prescindibles y, lo que es peor, que todos, todos,  son iguales. No es cierto. Aunque el hecho de enfangar todo pueda conducirnos a la idea de que ya no hay suciedad visible  hacia la que mirar y sobre la que actuar.
Son sencillamente imprescindibles mientras  sigamos creyendo y defendiendo que la soberanía reside en el pueblo a través de su Parlamento democráticamente elegido. 

(*) Ana Mato: Lda. en CC.PP. y Sociología
- Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

- Inició su andadura en Alianza Popular
- Asesora del gabinete de Aznar (1987)
- Portavoz de su grupo en RTVE ( 1993-96)
- Portavoz de su grupo   en Transportes y Telecomunicaciones.
- Diputada autonómica ( hasta 1993)
- Diputada nacional
- Miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP ( desde 1999)
- Presidenta  de la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología del PP ( 1999-2004)
- Europarlamentaria  en 2004.
  (fuente: Wikipedia)

miércoles, 22 de octubre de 2014

El derecho de pernada como regla del juego

" En nombre de la seguridad nacional miles de ciudadanos fueron secuestrados
y pasaron a formar parte de una categoría fantasmal:  los desaparecidos. Desde
el momento del secuestro la víctima perdía todos los derechos, se le privaba de toda
comunicación con el exterior, se veía sometida a  suplicios infernales y a sus fami-
liares se les negaba que estuviera encarcelada".
( Fragmento del discurso de Ernesto Sábato durante la entrega del informe NUNCA MÁS ".
( Buenos Aires, 20 de septiembre de 1984)


Una de las agresiones dialécticas que se están utilizando - entre otros procedimientos de artillería pesada-, tanto por la derecha real como por una parte de la izquierda oficial, para atizar, estigmatizar y desacreditar, sin descanso,  al movimiento Podemos, es relacionarlo como sea con "dictaduras" del cono sur encarnadas por sus dos de sus representantes más emblemáticos: Evo Morales ( Bolivia) y el fallecido Hugo Chávez ( Venezuela). Parece ser  que tener algún tipo de relación y/o admiración hacia  estos países y sus dirigentes, son motivos más que suficientes para catalogar a Podemos, como un movimiento populista  de corte bolivariano o chavista. Y ello nos conduciría, en caso de que llegaran al poder, a un abismo aterrador como se encargan de repetirnos una y otra vez. ¡El miedo, siempre el miedo como alimento!.
Porque una cosa es que el poder y sus satélites decidan mantener relaciones de todo tipo con dictaduras repartidas a lo largo y ancho del mundo y de todos los pelajes ( se podría citar un rosario de ejemplos), y otra muy distinta es que un partido o movimiento en otra órbita diferente a la oficial , decida ( no ya desde el poder, del  cual carece) mantener relaciones con países de " muy escasa democracia y tintados de un populismo trasnochado". ¡ Hasta ahí podíamos llegar!, pensarán para sus adentros.
Existe como un derecho de pernada, en su acepción coloquial y en su sentido más amplio  recogido en el diccionario de la RAE, que hace referencia al abuso de autoridad. Es como si dijesen algo así como: " Absolutamente nadie fuera de nosotros puede decidir por su cuenta  con qué países osa tener relaciones ( económicas, políticas, de simpatía, de admiración o de lo que sea), si no desea verse lanzado a las tinieblas y acribillado por no demócrata si así lo decidiésemos". Ya digo, todo un derecho de pernada.

Entre 1976 y 1983- justo cuando nosotros empezábamos  el paradisíaco camino de nuestra muy ejemplar y democrática Transición-Argentina vivió uno de sus períodos mas negros de su historia reciente. El Teniente General Jorge Rafael  Videla, Emilio Eduardo Massera ( miembro de la Armada Argentina) y el Brigadier General de Aviaciòn Orlando Ramón Agosti, fueron los miembros de la primera Junta Militar tras el golpe de Estado llevado a cabo contra el poder legalmente constituido. Este período se caracterizó  por el terrorismo de Estado, la violación de ls DD.HH., la desaparición y muerte de miles de personas, el robo sistemático de niños recién nacidos y otros crímenes de lesa humanidad así como el exilio de miles de ciudadanos anónimos aunque entre ellos se encuentren personas conocidas como Héctor Alterio, Luís Brandoni, Norman Briski, Nacha Guevara, Víctor Laplace, Federico Luppi, Eduardo  Galeano, Julio Cortázar, Jacobo Tinmerman, Leonardo Favio, Los Trovadores, Horacio Guarany, Osvaldo Pugliese, Mercedes Sosa,....y un larguísimo listado.
Es considerada la dictadura más sangrienta de la historia argentina.
En estos días el diario Público.es  ha publicado una amplia documentación, incluso  fotocopiada, sobre las intensas y estrechas relaciones entre el dictador Videla  y nuestros primeros gobiernos democráticos, sus insignes y paradigmáticos mandatarios desde las más altas instancias, así como personas procedentes  del mundo financiero y bancario de la época.
Añado los enlaces por si alguien quiere echarle un vistazo. Recomiendo su lectura o, al menos, una pasada rápida. (resulta increíble aunque se conozca ahora):

* "España financió a la dictadura de Videla".- Público.es  del 20 de octubre y firmado por Danilo Albín.
* " Los documentos secretos de los acuerdos comerciales de España con la dictadura de Videla".- Público.es, 20 de octubre.
* "La exclusiva de "Público" sobre como España financió a Videla, Trending topic a nivel nacional".


Toda una democracia ejemplar en construcción y, sin embargo, apoyando en esos años  a una cruel y sangrienta dictadura.
Claro que eso no quería ni quiere decir que nuestra democracia fuese " videlista" en sus inicios. Claro que no. ¡Faltaría más!. Cosa distinta es Podemos y sus " coqueteos" populistas allende los mares. Y esto no se puede tolerar. ¡Contra ellos y a toda máquina!, se dirán unos a otros. 
La lectura coloquial de lo anterior sería: "Yo si. Cuando quiero, con quien quiero y como quiero. Tú, no". ¿No es esto un derecho de pernada?. Este derecho atemporal lo seguimos viviendo- y padeciendo-  en otras situaciones  y ámbitos  de nuestra actual " fiesta nacional",  y para que no faltase de nada, acaba de saltar al ruedo para animar el cotarro, el conocido como " el pequeño Nicolás, personaje sin igual". ¡Ahí es nada!. 
-------
* Además del simbólico movimiento de resistencia " Madres de la Plaza de Mayo"  ( asociación  argentina formada durante la dictadura de Videla con el fin de recuperar con vida a los desaparecidos y detenidos y establecer quienes fueron los responsables de los crímenes de lesa humanidad y promover su enjuiciamiento), destaca la frase emblemática y que dio título al libro:
" Nunca Más".-  Es una frase utilizada en Argentina  para repudiar el terrorismo de Estado ocurrido entre 1976 y 1983. Se emplea frecuentemente en marchas y actividades políticas. Debe su popularidad al haber sido  el nombre de la edición en libro del Informe Final de la Comisión Nacional sobre la desaparición de personas. 
El libro, de 490 págs., lleva el título de "NUNCA MÁS.  El llamado informe Sábato sobre los desaparecidos en Argentina. Un descenso a los infiernos". - Ed. Seix Barral/ Endeba. 1ª edición, 1985. 1984: Ed. Universitaria de Buenos Aires. 
(Este informe fue encargado por el Presidente Alfonsín  el 15 de diciembre de 1983 a una comisión en la que uno de sus miembros destacados fue Ernesto Sábato.  La entrega de dicho informe se produjo  el 20 de septiembre de 1984).
* Ernesto Sábato:  (1911- 2011) .- Escritor, ensayista, físico y pintor argentino. Premio Cervantes, 1984. Considerado uno de los mejores escritores argentinos  junto a Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.

viernes, 17 de octubre de 2014

Fin del acto.... o de cómo obstinarse en no bajar el telón

Tengo la sensación, cada vez más firme, de que estamos asistiendo al final de un acto teatral sin vislumbrar, aún, cuándo bajará el telón ni qué decorados habrá sobre el escenario cuando comience el siguiente acto, ni tan siquiera qué actores o actrices desaparecerán  ni qué otros entrarán en escena. En cualquier caso  creo que ya nada sería igual aunque permaneciesen  los mismos actores en el siguiente acto, con una mínima modificación de decorados y un aparente cambio de estilo en el libreto de la obra. 
Nada seguiría igual ni en ese supuesto porque es  previsible que al público le resultase insoportable asistir a la repetición camuflada del mismo acto, en el que siguiese sin tener una participación escénica  directa al más puro estilo del grupo teatral La Cubana, conforme, claro está, a lo anunciado en cartel y programas de mano. 
La probabilidad, en este caso, de que el público abandonase el teatro al sentirse engañado estaría asegurada salvo que sus puertas fuesen cerradas a  cal y canto.
Estos actores y actrices del primer acto se encuentran cómodos e incluso se van deshaciendo de sus atuendos teatrales  para presentarse tal cuales ante el público asistente y van  intercalando, cada vez  más, frases de su propia cosecha  ( las llamadas morcillas teatrales ), desvirtuando así el guión oficial. Dan la impresión de que no les son necesarias las apariencias mantenidas hasta ahora y sin el menor recato ni vergüenza están apostando por la continuidad sin límite del primer acto o como mucho, como ya he señalado, apuestan por la repetición del mismo con retoques falsos para que el patio de butacas no se impaciente más de lo rigurosamente permitido..
La cosa es que seguirá igual tanto si comienza un segundo acto auténtico, deseado y esperado, como si se mantiene todo con el único deseo de repetir el acto sin más.
Están tan ensimismados en su representación y en su afán de continuidad que no se dan cuenta de que el público bosteza y se remueve en los asientos a la espera de la bajada de telón. La otra opción essi cabe,  mucho peor. Y es que, siendo conscientes de la situación, hayan optado por mantenerse en primera línea  escénica sin reparar en que sin público no hay representación que valga.
Interpretan ya sin guión, El libreto  no les hace falta. Van con la cabeza bien erguida, engreídos del poder que les da estar sobre ese plano superior que dan  las tablas de un escenario sobre el patio de butacas desde el que se sienten lejanamente mirados. Se encuentran crecidos  por los focos dirigidos hacia ellos. Toda la tramoya está a su exclusivo servicio y placer.
Deambulan sobre el escenario vociferando a diestro y siniestro todo aquello que desean y sienten en el fondo. Sin libretos camuflados ni otras tonterías. Descarados, provocativos, desvergonzados,....
Lean si no estos ejemplos aparentemenete no relacionados entre si pero con un mismo aroma emanado de esas altasy perdurables  tablas escénicas:

Un artículo aparecido en  El Plural.com el pasado 6 de octubre sobre Mónica Oriol 
Aparecido también en El Plural.com  el pasado 11 de octubre sobre unas declaraciones el alcalde de Laredo  Ángel Vega y firmado por A. Moya.
El último aparecido en El País.com  el pasado 29 de septiembre sobre una votación conjunta PP PSOE  en Vigo  bajo la alcaldía del socialista Abel Caballero. Artículo formado por Pablo López.

....... 
* Mónica Oriol, Presidenta del Círculo de Empresarios.
* Abel Caballero.- Alcalde de Vigo. Fue Ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones ( 1985- 88) durante el gobierno de Felipe González. Diputado en Cortes ( 1982- 1997).
* Ángel Vega, miembro del PP y alcalde de Laredo

sábado, 11 de octubre de 2014

Balanzas que no funcionan

" En la política nada ocurre por casualidad. Si algo sucede,
 se puede estar seguro de que ha sido planeado así. "
( Franklin D. Roosevelt.- Presidente EE.UU. - 1933-1945)


Limitándonos solamente a los últimos doce años transcurridos, se puede deducir fácilmente que en política no existen las casualidades. La actuación de los gobiernos de turno es fruto, según parece, de una calculada habilidad para echar su propia responsabilidad sobre todas aquellas personas más débiles o con menos opciones y capacidad de defensa en una situación determinada.
Hago esta reflexión al hilo de la grave crisis que vivimos estos días como consecuencia  del caso de Ébola ocurrido en nuestro país. Las injuriosas y humillantes declaraciones realizadas por el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid sacudiéndose, en principio, toda responsabilidad en una crisis de salud pública y sugiriendo de forma ambigua y confusa que la auxiliar de enfermería  Teresa Romero puede ser la culpable de su infección al haber mentido ( "posiblemente" ) y a su torpeza ( "dado que para ponerse un traje y así evitar el contagio, no hace falta hacer un máster " ), es algo opuesto a la ética y ejemplaridad que debe presidir la conducta de todo servidor público. La voluntaria ( dando un paso al frente) Teresa Romero es señalada, de esta forma, como posible responsable y así poder escurrir el bulto desde otras instancias y cargos.
En cualquier país de nuestro entorno comunitario- al que tanto se refieren cuando les interesa-, unas declaraciones de este calado hubiesen supuesto con toda seguridad su dimisión inmediata o una rotunda desautorización y cese fulminante desde instancias superiores. Y  esto sin hablar de la máxima responsable y todavía Ministra de Sanidad Ana Mato Adrover.
No se informa sobre si se siguió el protocolo  en toda su intensidad. No se informa sobre si el personal sanitario estaba bien adiestrado. Tampoco se dice nada sobre si se hubiesen evitado riesgos  de no haberse desmantelado el Hospital Carlos III como centro de referencia  de enfermedades infecciosas. Y tampoco nos informan de las verdaderas razones para que  los dos sacerdotes  en su fase final fueran traídos a España. Tampoco nos informan de dónde salió la orden final a pesar de los graves riesgos  y si hubo, o no, presiones desde algunas instancias concretas,  así como la valoración que se hizo sobre los pros y contras de tal decisión y si se sopesaron otros planes alternativos  menos arriesgados.
No es momento, dicen, de responsabilidades políticas. Es el momento de actuar desde la profesionalidad médica y desde la ciencia. Como si ésta funcionase a criterio de cada cual y sin atenerse a unas directrices, a una normativa de obligado cumplimiento y a una planificación política emanadas desde los organismos políticos pertinentes. Ni es momento ahora, ni posiblemente lo será después a toro pasado. Es la costumbre y es lo habitual. ¿O es que acaso alguna vez fue el momento de algo?.
Los ojos y el dedo se dirigen  exclusivamente hacia esta profesional voluntaria  que hoy lucha por su vida en un hospital y que de forma terca tuvo "una conducta irresponsable y que incomprensiblemente no actuó de forma debida". ¿Es todo lo que hay que decir sobre el personal  - en este  caso, insisto,  voluntario- de nuestra red pública sanitaria?. Punto y final. 
Los altos cargos no aceptan errores ni asumen  su responsabilidad política (¿Qué es eso?) y señalan, como ahora, al más débil.
Mirando a nuestro pasado más reciente vemos que este caso no es un hecho aislado. Recordemos algunos:
* Accidente ferroviario de Santiago ( 2013): 80  muertos. No  ha habido una sola responsabilidad de la administración. Francisco José Garzón, maquinista que conducía el tren Alvia fue el responsable de la tragedia  en la curva de Angrois. Punto y final.
* Accidente del metro en Valencia ( 2006): 43 muertos. Nos se asumieron tampoco responsabilidades políticas. La culpa fue de Joaquín Pardo Tejedor, uno de los fallecidos y conductor de la máquina. Punto y final.
* Accidente del Yak-42 ( 2003): 62 militares y 13 miembros de la tripulación murieron  en Turquia, estando Federico Trillo- Figueroa y Martínez - Conde al frente del Ministerio de Defensa. A pesar de todo lo que se demostró posteriormente, fueron declarados culpables tres militares que según el gobierno "actuaron por su cuenta" ( como si eso fuese lo habitual en medios castrenses). Los documentos oficiales echaron por tierra  todas las maniobras e  informaciones que, por entonces, se publicaron intencionadamente. No hubo ni una dimisión en el gobierno a pesar, incluso, de las manipulaciones en los cadáveres, del fallo en las identificaciones y de la precipitación en los funerales de Estado. Federico Trillo -Figueroa y Martínez- Conde es  embajador en  Reino Unido desde 2012 aunque no pertenece al Cuerpo Diplomático. Punto y final.
* Caso Prestige ( 2002) : Que Alvarez Cascos ( Ministro de Fomento) y Manuel Fraga ( Presidente de la Xunta) estuvieran desaparecidos en las primeras y decisivas horas  de aquella catástrofe medioambiental,  no fue óbice para que el único culpable  fuese Apóstolos Mangouras, capitán del petrolero hundido.
* Caso bankia ( 2012 y aún abierto):  A pesar de todo lo ya conocido, a pesar del rescate con fondos públicos, a pesar de la estafa de las preferentes, a pesar del escándalo de las tarjetas opacas,..... el único condenado por ahora  a 17 años de inhabilitación  es el juez Elpidio Silva que se atrevió a meter en la cárcel (¡estuvo quince días! )  a Miguel Blesa. Rodrigo Rato ( vicepresidente del gobierno con Aznar y expresidente del FMI ) tampoco, al parecer, tiene nada que explicar ni asumir.
* Caso Gürtel ( 2009 y aún abierto): El primero en caer fue Baltasar Garzón, juez que comenzó la investigación  de la trama de corrupción en el PP. Fue condenado a 11 años de inhabilitación. Intentó, aunque ya no pudo, abrir un proceso sobre el Régimen Franquista sobre el que también fue juzgado.  Que buena parte de los encarcelados posteriormente estuvieran en las administraciones  o puestos orgánicos del PP  es lo de menos.
.....
Y así podríamos seguir  con los EREs y cursos de formación ( Andalucía. Gobierno del PSOE desde el inicio de la autonomía), sin responsabilidad política alguna, y tantos y tantos casos que inundan y envilecen nuestra democracia hasta líneas rojas.
Añadiríamos aquí: los " no recuerdo ", " no me consta... ", "no sabía... ", " no me enteré... ", " confiaba plenamente..."..... Estas y otras frases son escuchadas en otras historias actuales con absoluta normalidad. Nadie sabía nada salvo la "víctima" de turno escogida.  O esas herencias millonarias nunca declaradas ni conocidas, ni investigadas,....
Al juez Castro habría que hacerle un monumento por su tesón profesional al haber mantenido  por segunda vez la imputación de la ya exinfanta Cristina de Borbón , aún a riesgo de que sea posiblemente desimputada de nuevo en fechas próximas.
¿Quiénes han llegado a los gobiernos y a la esfera pública en sus variados estamentos? ¿Quiénes han llegado a puestos relevantes en muchas empresas privadas de alto standing ?¿ Cómo es posible todo esto? ¿Qué enseñanza, qué mensajes pretenden darnos? ¡Tanta connivencia, tanta complicidad, tanto pacto fraguado a escondidas, tanto silencio en años!
Lo grave no es  la corrupción con nombres y apellidos concretos y que nos la presentan como hechos aislados. Lo realmente dañino es la existencia de todo un sistema y entramado que se siente y se sabe impune y dueño absoluto de lo divino y  lo humano. Bajo su lona se refugian un buen número de hombres y mujeres  que de alguna manera dirigen nuestra sociedad en los ámbitos privado y público, fáciles de traspasar, por otra parte, a través de las permanentes puertas giratorias.
No se sienten obligados a rendir cuentas de su gestión ni a asumir responsabilidades políticas en su caso. No existe esa obligación porque no existe la responsabilidad política con independencia de lo penal. Incluso, a veces, en vez de pedir simplemente perdón solo vemos  un permanente  dedo acusador diciendo, diciéndonos con altivez : " No sabe usted con quien está hablando". 






viernes, 3 de octubre de 2014

Érase una vez....

Recuerdo que así comenzaban muchos de los cuentos que nos contaban en nuestra infancia.
Me gustaría creer, como aquellos años, que todo lo que está ocurriendo en la actualidad fuesen cuentos como entonces. Que todas las historias malvadas que escuchamos ahora fuesen inventadas. Que todos los personajes siniestros e infames que nos amedrantan con su poder y cercenan el futuro, fuesen de cartón piedra  o, como mucho, simples  creaciones de nuestra fantasía.
Me gustaría pensar que, como en aquellos cuentos de la infancia, los malos tuviesen su merecido castigo y  no fuesen  gigantes impunes riéndose a carcajadas de los pequeños enanos o garbancitos pisoteados en el bosque.
Y que todos esos cuentos estuviesen basados en esta realidad cotidiana que, a veces, como hoy, preferimos no ver ni pensar al superar  la propia ficción . Y que todos comenzasen,  más o menos,  así : " En la tierra del olvido donde nadie se acuerda ya de nada....".
Cuidadosamente encuadernados con mimo y con  dibujos y bellas ilustraciones a todo color. Ordenados en nuestra estantería para acudir a ellos cada vez que  queramos escapar y zambullirnos en historias llenas de fantasías, de miedos, de angustias y de interrogantes, pero sabiendo siempre que estamos bajo buen cobijo y resguardados de los ogros, de  la lluvia y el frío como en aquellas tardes de nuestra infancia. Y, sobre todo, con la certeza soñada de que, esos cuentos,  no son reales aunque nos pudiesen resultar creíbles.
Con títulos sugestivos y cubiertas que nos hechizasen: 
" Mónica, la mujer que no quería a las mujeres con hijos"; " Los ogros de las tarjetas opacas "; " Miguelito y el desahucio de su casa"; " Las lejanas cuevas de los tesoros robados"; " La desmemoria de los tramposos"; "Lo robado era de todos"; " Los bellacos y sus tijeras"; "Los fantasmas que nunca mueren del todo" ; " Las mazmorras no son para los gigantes"; " Jóvenes desterrados y olvidados ", "Los maliciosos mentirosos", " Las misteriosas puertas giratorias", "Las poltronas con pegamento " , "Venimos de la nada",  " El rey que desapareció", ....
La editorial bien podría llamarse Transiciónmodélica S.A. 
Escaparíamos así  de la realidad, en días espesos como hoy, leyendo alguno de esos cuentos basados en la tierra del olvido. Con unas notas musicales de fondo que nos recordasen aquellas coplas casposas e inconfundibles del cancionero nacional de entonces, en aquellos aparatos de radio ( Españolear ).... y de ahora, en discursos oficiales llenos de mentiras  (Marca España).
Un tiempo tristemente detenido desde hace décadas. Y hábilmente retenido cuando las mareas  comienzan a golpear fuertemente las rocas.

Españolear
( de Luís lisart y J.Espeita)

España tiene salero,
España tiene alegría
y si no fuera español
para España me vendría.

Españolear, españolear,
es lo que hacen los turistas
cuando vienen por "acá".
Españolear, españolear,
ellos saben que lo nuestro
les da la felicidad.

Todas las naciones tienen algo
que las diferencia de las demás,
pero nuestra España tiene un verbo
que todas quisieran imitar,
que todas quisieran imitar.
Españolear, españolear.
Cantan, rien, sueñan y disfrutan,
juegan con el sol con ansiedad,

Todos los que aquí vienen de
Francia, Suiza, Italia y Holanda,
Alemania, escocia y Portugal
buscan nuestro sol, nuestra alegría,
cosas que no tienen por allá,
cosas que no tienen por allá.

Españolear, españolear

Cantan, rien, sueñan y disfrutan,
juegan con el sol con ansiedad,
se ponen muy tristes cuando marchan
porque dejan de españolear,
porque dejan de españolear.

Podríamos terminar el cuento elegido con aquel recordado... colorín colorado..... o bien con ....como dice don Crispín, este cuento llegó a su fin.
Elegir uno de los dos finales es fácil. Más difícil es, a veces, distinguir la línea divisoria entre nuestra realidad cotidiana despojada de toda ficción  y esa otra realidad cotidiana sistemáticamente aderezada con  cuentos cuyo objetivo es  confundirnos  a base de trampas, engaños y embustes.

* La canción Españolear  está recogida en el libro " Cancionero general del franquismo" (1939- 1975), de Manuel Vázquez Montalbán.- Editorial Crítica, 2000.