domingo, 29 de marzo de 2015

Piruetas de almíbar

Cuando comparecía la cuaresma, mi madre disfrutaba haciendo torrijas (*). Era, tal vez, la mejor manera de edulcorar la llegada de unos días tristes y cercenados de diversiones desde mi mirada ardiente e  impulsiva de adolescente.
Doblamos la esquina y nunca más tuvimos la necesidad de endulzar unos días que con el tiempo se fueron revistiendo de esparcimiento festivo-cultural y algarabía vacacional, aunque sin olvidarnos en el trayecto, de las torrijas que de manera puntual siguen acudiendo por esta época a su cita anual.
Ahora es este presente atribulado y cruel- para muchos- el que nos ha traído un nuevo lenguaje que, a modo de fingido sucedáneo, trata de presentarnos de forma almibarada una amarga verdad.
La palabra, la están convirtiendo hoy día en un arma cargada de engaño. 
Enmascarar las palabras y vaciarlas de su significado, nos convierte en burbujas contaminadas, flotantes y sin brillo porque tienen la inmensa capacidad de conducirnos a estados de semiinconsciencia capaces de hacernos deambular por este páramo sin inmutarnos y de tener  las tragaderas suficientes para digerir más allá de lo permisible.
Baste un ejemplo. ¿Qué es eso de usar el concepto de medidas de ahorro por el de rescate?. Mientras que lo segundo supone pérdida de derechos, lo primero equivale a ser prudentes y precavidos. Dulcificadas maneras.
Atrévanse ustedes a desenmascarar palabras y conceptos. No sean políticamente correctos ni piensen por una vez en positivo,  que es lo que impera. Pongan en valor, como ahora se dice, los auténticos significados de ajustes; desempleo; devaluación competitiva; racionalización de la red; misiones de paz; daños colaterales; medidas de flexibilidad; desaceleración; regulación de empleo; coste laboral; contrato a tiempo parcial; Ley de seguridad ciudadana; tarjetas black; movilidad laboral; movilidad exterior; el concepto de radicalidad asociado exclusivamente a extremismo; aconfesionalidad,..etc..
Palabras..... 
Piruetas de almíbar para tiempos canallas. 
El lenguaje confuso y engañoso- como medio de expresión y comunicación-, al servicio de un nuevo pensamiento emergente. Si a ello le unimos la manipulación y la propaganda lesiva y tendenciosa, tendremos la salsa adecuada para convertirnos en impecables ciudadanos de esta inmejorable democracia  surgida de la perfección. Su democracia, claro.
Las torrijas de aquellos tiempos adolescentes y juveniles dejaron de edulcorar aquellas fiestas de sabor amargo y exclusivamente religioso  porque se fue imponiendo paulatinamente  un nuevo concepto de estos días religiosos. 
Todo se redujo a crear un nuevo significado que aflorase y que fuese tejiendo lo que  posteriormente vendría a llamarse, la Semana Santa como celebración cultural, antropológica, turística y de los sentidos corporales en la primavera naciente. Y ello sin perder, claro está, la religiosidad  como su  auténtica razón de ser y su poderío y presencia en las calles de nuestras ciudades y pueblos, En ello seguimos con creciente esplendor.
No se trata ya de contraponer, a estas alturas, un Estado laico frente a un Estado confesional.
Con el tiempo, el dilema, aún siendo lógicamente el mismo que entonces,  ha pasado a ser el de  una ciudadanía sensible y deseosa de bañarse en los efluvios sensuales de la primavera, frente  a una ciudadanía, al parecer, nada vitalista y  alejada y retraída de dichos efluvios.
Las piruetas de almíbar aplicadas entonces  desde los poderes, dieron el fruto deseado. Primeras piruetas almibaradas de otras que vendrían después.
La pirueta nos hizo olvidar el debate real: Estado laico o Confesional para pasar a otro debate más simplista y, sobre todo, edulcorado: el gusto o no gusto por los placeres cargados de sensualidad y cultura sin `poner en cuestión la propia Semana Santa  en un ámbito social de distintas ideologías y credos.
Ya hubiesen querido los poderes nacionalcatólicos de la Dictadura y de los primeros tiempos de la Transición, haber vivido entonces,  la fuerza, el auge y el esplendor in crescendo  que ha ido tomando la Semana Santa en la actualidad. Aquí, en Andalucía, con la aquiescencia, el empuje y el apoyo incondicional del Partido Socialista Obrero Español- laico en sus orígenes-, a lo largo de décadas de gobierno. En su haber, lo lleva.
¡ Quien lo diría!,
Las piruetas, si son almibaradas, son capaces de todo.

(*) Torrija: es un dulce típico de las celebraciones generalmente de Cuaresma y Semana Santa en España. Consiste en una rebanada de pan ( habitualmente de varios días) que es empapada en leche o vino con miel y especias, y, tras ser rebozada en huevo se fríe en una sartén con aceite. Se aromatiza a gusto con varios ingredientes: canela o algún licor, y se endulza con miel, almíbar o azúcar.
 Es un alimento de origen humilde que satura pronto al comensal y su uso es costumbre en Cuaresma, época en que los católicos dejan- o dejaban- de comer carne.
Las torrijas existen bajo distintos nombres en buena parte de Europa- donde su presencia se documenta desde la Edad Media- y la emigración la ha popularizado por América del Sur y del Norte. (Wikipedia)

2 comentarios:

José María Tello dijo...

¡Qué ricas las torrijas! ¡Qué falsas las piruetas de almíbar de un gobierno descarado! Buen artículo, compañero. Un saludo. (JMTB)

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario. ¡Riquísimas las torrijas en toda su amplia variedad!. Menos mal, que no se perdieron por el camino a pesar de tanta pirueta del más puro estilo gatopardista.
Un saludo.(JAEM)