lunes, 9 de marzo de 2009

GRAN HERMANO


Luis Leante es profesor de un instituto. Escritor premiado en el año 2007. En el año 2009 se le vuelve a nombrar a nivel nacional por haber mostrado su contrariedad dentro de su instituto de un modo peculiar. Arrancó de manera expedita las cámaras que vigilaban los pasillos de su centro por sentirse perseguido y acosado. Los que estamos en esto de la docencia sabemos que falta poco para los detectores de metales o la vigilancia con personal de seguridad. Si se ve venir desde hace años, ¿es algo inexorable debido a los cambios socioeconómicos, culturales, politicos y no sé que más? ¿No pudimos – podemos hacer nada para que no ocurra? Las cámaras serán el gran ojo que todo lo ve y por tanto nadie quedará excluido de la responsabilidad de sus actos, dicen. Lo que antes se llamaba mala conciencia ante un acto rechazable y sin testigos; o la omertá siciliana ante el miedo a la represión, queda ahora a expensas de la cámara fiscalizadora. Con ello se pretende solucionar los problemas académicos y disciplinarios de nuestras aulas. Hay en cartelera una película que se titula “La clase”. Si en ese instituto francés se pusieran cámaras seguro que no habría ningún problema de disciplina. A modo de sugerencia se podría instalar cámaras en los soportales de las iglesias, en las encinas de la carretera Jerez- Ronda o en las piscinas de la depuradora del Portal mirando hacia el antiguo Puente del Duque, quizás de ese modo podamos saber donde están los sillares o los portones de castaño.

2 comentarios:

P Vázquez "ORIENTADOR" dijo...

No es un problema social ni sociocultural. Lo que quiere un adolescente o un niño o incluso un adulto cualquiera, es ser centro de atención, si se ponen cámaras y se cuelgan las imágenes en internet o salen en los telediários y programas del corazón, ese era el objetivo... misión cumplida.

Anónimo dijo...

Es curios, en mi centro, dsde que hay cámaras en los pasillos (desde que pusieron los rodenadores en las aulas), hay menos problemas. El viejo dilema entre seguridad y libertad: ¿dónde están los límites? AGL.