lunes, 18 de mayo de 2009

Mario Benedetti : Nos queda su palabra


A estas horas en que escribo, todo el mundo cercano al mundo literario y político, conoce la desaparición física del poeta uruguayo Mario benedetti, el poeta del compromiso , tal como titula hoy el diario El País en su portada.

Innumerables sus poemas, algunos de los cuales forman parte de la banda sonora de nuestras vidas a través de la voz de Serrat. De 1985 data El sur también existe, canciones sacadas de bellísimos trabajos hechos palabras con la pluma magistral de Benedetti. La presentación de esta obra tuvo lugar en Montevideo en el Estadio Centenario después de un largo período dictatorial con el mayor porcentaje de presos políticos de aquellos negros años en paises sudamericanos. Subieron al escenario el poeta y el cantautor, también uruguayo, Daniel Viglietti.

La experiencia de trabajar codo a codo con Serrat también transformó a Benedetti. Hace unos años, un músico joven llamó al poeta para pedirle permiso para adaptar uno de sus textos. La respuesta: "Mire, joven, haga usted lo que quiera. Después de haber sido cantado por Serrat, ya no puedo aspirar a más".( texto recogido del libro y CD editado por Diario El País SL, 2007)

De este CD es la canción (palabras hechas canciones)...


Defensa De La Alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas.

Defender la alegría como un atributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas.

Defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista

Defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de Dios y de la muerte
de los parcos suicidas y de los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres

Defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también, también de la alegría.

Desde hoy, nos quedará para siempre su palabra, el arma imbatible y solidaria. Su obra, viva e inmortal. Como un referente. Siempre.


3 comentarios:

José María Tello dijo...

Magnífico, Benedetti. La alegría es un valor intrínseco por sí mismo. Por desgracia más bien escaso. Excepto en los pájaros al amanecer y en algunas personas.

Anónimo dijo...

Me gusta Benedetti. Por lo que dijo , por como pensó, por como sintió.... y porque además era futbolero, a pesar de todo.
JRDC

Anónimo dijo...

.... Y por cómo seguirá pensando y seguirá sintiendo y seguirá diciendo a través de su obra literaria. Permanece vivo en las estanterías y sobre todo en los corazones. Lo de futbolero...no lo sabía.. pero como a todos los grandes, quién no le perdona a Benedetti este defecto, pequeño al fín y al cabo.(jaja).

Pero una cosa es cierta:

Qué tendrá Benedetti, como tantos otros, que en una dictadura fueron perseguidos y sus libros prohibidos... y que tendrá el futbol, que en una dictadura adquiere rango superior en la sociedad amordazada...

Ah, el futbol!, divino tesoro para ciertos momentos...Me refiero, claro está, no al deporte en sí, sino a ese futbol utilizado como planta dormidera de masas y desfogue canalizado y ordenado de tantas y tantas miserias y sufrimientos cotidianos.

En fín, que me quedo con ese Benedetti vivo que avivó el pensamiento y que nos sigue diciendo y haciendo sentir.... a pesar de ser futbolero ( Desconozco en qué grado de la escala). JAEM