lunes, 23 de diciembre de 2013

Incoherencias Navideñas

"No sé qué decir , excepto que es Navidad 
y hay que sufrirlo".
(De la película " Qué bello es vivir" de Frank Capra.-1946.


Mañana es Nochebuena y pasado Navidad.....

Es así, como año tras año nos llegan estas fechas llenas de señales contradictorias.
Felicidad, consumo, convivencia, saludos, buenos deseos, hogar, chimeneas encendidas, villancicos, panderetas, sonrisas regadas con buenos caldos y sin que falten los belenes con el establo de protagonista. Hace ya unos años que el voraz mercado único irrumpió con sus garras para colocar en el salón el árbol de Navidad- tan alejado de nuestras costumbres- cargado de regalos traídos para la ocasión por Papá Noel, igualmente alejado de lo que venimos en llamar nuestras tradiciones. Parecía como que una noche de Reyes fuese poco  y hubiese que exprimir el limón del consumo desenfrenado duplicando los días de regalos.
Detrás del decorado anterior y de su felicidad a toque de cornetín no hay, sin embargo, tantas luces. Entre los chistes populares ( también en teatro: recordemos la memorable representación del grupo La Cubana sobre la cena de Nochebuena) nos encontramos con muchos que hacen saltar por los aires la noche de mañana: Aguantar la noche, cumplir con ella, fingir,.... hace que las lucecitas  brillen menos en cada interior, y sonreir o cantar sin ganas se llega a convertir en una representación teatral casi tragicómica. 
También detrás del decorado almibarado puede haber  ausencias sentidas y, tal vez,  un viaje a la infancia, contrapuesto- con tintes amargos- a un presente alejado ya, definitivamente, de  otros tiempos no mejores pero si con menos alforjas cargadas de años.
Cualquier momento, cualquier día del año es bueno- yo diría que muy bueno- para compartir mantel y revivir y recordar y reir y desearse buenos objetivos. Eso si, sin las connotaciones  que la  noche de mañana conlleva: la obligatoriedad de ser feliz una noche por decreto y de desear la misma  felicidad a otros, con ganas o sin ellas. Con la presión social y de los medios-todos ellos- a muchísimas personas, en su soledad no deseada, les resultará- otro año más-  una tortura y de una tristeza difícil de digerir  las horas de la Nochebuena convertida en una mala noche que tragar.

Desde el punto de vista religioso se celebra  el nacimiento de un  Niño-Dios en una familia humilde y que no encontró cobijo salvo en un establo. Al menos es la tradición que nos ha llegado. Parece todo un canto a los que carecen de medios para subsistir y a los desposeídos. Sin embargo, este mensaje  nada tiene que ver con el presente -y el pasado- de riqueza, opulencia y poder de la Iglesia. Toda una contradicción,  la adoración de ese Niño-Dios en un pesebre, el olor  a pobreza, y la compañía de unos pastores y unos animales. 
Manuel Vicent escribió en el diario El País la columna titulada El Portal ( 16 de diciembre de 2012):

El Portal

" El portal de Belén es realmente un Misterio. La mula es un animal híbrido estéril. El buey es un toro castrado. San José no tuvo nada que ver con el asunto puesto que solo era padre putativo. Hay una madre concebida a distancia por una paloma que es el Espíritu Santo. Del vientre de esa Virgen nació el Hijo de Dios, mediante un juego entre la segunda y tercera persona de la Trinidad, que en términos jurídicos terrenales podría ser considerado un caso de incesto divino. Desde cualquier punto de vista que se contemple ese Misterio, parece demasiado complicado para que pueda servir de modelo a una familia cristiana normal. 
Al portal de Belén llegaron los Magos siguiendo una estrella, que bien podría ser el reflejo del estallido de una supernova, vete tú a saber. Dejando de lado que los Magos, según el papa Ratzinger, fueran andaluces, antepasados del Cigala, lo que cuenta es que le ofrecieron al Niño oro, incienso y mirra. De los tres presentes, sin duda el incienso  sería usado al instante por María para contrarrestar el hedor natural del establo. A lo largo de la historia el humo de esa resina ha servido también para sobrellevar  el olor a choto que genera cualquier rebaño si se encierra en un recinto, aunque sea sagrado.
 La mirra es una sustancia gomosa  extraída de la corteza de un árbol con que se elaboran perfumes y ungüentos. Tal vez le sirvió de suavizante y acondicionador de pelo a la Magdalena. Tiene muchas propiedades medicinales. En antigüedad se daba a los condenados a muerte, mezclada con vino. Seguramente eso hizo el centurión  con el Nazareno en la cruz. Incienso y mirra pudieron usarse allí mismo  en el portal de Belén.
 Solo queda por saber el destino del oro. ¿En qué fondo se invertiría?. Durante los primeros siglos del cristianismo el oro quedó sumergido, pero en cuanto ese movimiento espiritual  se convirtió en Iglesia , ese metal, como símbolo de poder y riqueza, se pegó a ella como la piel a la carne. El río de oro comenzó a fluir arrastrando cálices, copones, patenas, custodias, anillos, báculos, ornamentos, mitras, crucifijos, medallas, peanas y retablos, hasta el punto de que es imposible pensar en la Iglesia católica  sin imaginarla cubierta  de oro, lo más alejada posible de aquel portal ".

Mañana es Nochebuena y pasado  Navidad.


* Manuel Vicent: (Castellón, 1936). Ldo. en derecho y en Filosofía. Periodista, escritor y articulista.





2 comentarios:

AGL dijo...

Cada vez me encuentro con más gente que que piensa que esto de la Navidad "se nos ha ido de las manos". No entro ya en portales, oros, bueyes, mulas, en cenas y comidas (comilonas, diría yo) tan alejadas, no ya del "espíritu de la Navidad", sino del sentido común...
Que paren el calendario que me bajo... ¡Feliz Navidad y todo eso, amigos!

JRDC dijo...

Pues a mi lo que se me ha ido de las manos, hip, es el gin tonic,hip. Bebo para , hip, celebrar que esto se acabe ya, hip,hip, de una buta vez.
Belices biestas, hip.