viernes, 8 de febrero de 2013

Crueldad y estupor

Son crueles e incendiarias las declaraciones que ha hecho hoy el Presidente de la Patronal, Juan Rosell.  Hubiesen sido inadmisible, en otros tiempos aún cercanos. Pero en la situación actual,  con el país avergonzado y con rabia contenida por las noticias que nos ocupan estos días, son sencillamente provocadoras. Desprecio absoluto al colectivo de funcionarios ( dice este señor que hay que dejar a la administración con menos grasa y más músculo),  y pura provocación sobre los parados.
Bajo ningún concepto son admisibles sus declaraciones casi dando a entender que el que está parado es que es un holgazán y afirmando que las estadísticas sobre el paro son falsas. ¿Hasta cuando así?. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no hay diques que contengan este tipo de declaraciones? ¿Qué sabrán ellos de tener hijos en el paro? ¿Qué sabrán de este drama? ¿Qué sabrán de los minitrabajos de tres horas mejor que ninguna, según su propuesta? ¿ Qué les importa esta generación perdida? . Es un nuevo ataque a la dignidad de las personas como  el " que se jodan", pronunciando en sede parlamentaria por la diputada del PP por Castellón Andrea Fabra. (No hubo sanción por ello).

Sigo pensando, y cada vez con más argumentos, que este momento trágico ( creo que es la palabra más acertada ) al que hemos llegado hunde sus raices en la bendecida Transición Política.
 http://blogs.publico.es/luis-garcia-montero/378/por-encima-de-nuestras-posibilidades/
De aquellos polvos estos lodos de crisis económica, política e institucional.
Casi haciéndonos creer que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, culpabilizándonos por ello, que es la mejor manera de que nos sintamos  merecemos de todo esto. Pecamos con la manzana prohibida y merecemos ser expulsados del paraiso ( de los servicios públicos), atemorizados, culpabilizados, frageládonos y necesitados de una redención a través de un único camino que nos llevará  a la salvación  a costa de grandes sacrificios.
Mientras, ellos siguen con su festín a plena luz del día e insultándonos en la cara.
¡Qué vergüenza!.

(Hoy un ciudadano de Córdoba se ha quitado la vida por el temor inminente a ser desahuciado). Sin comentarios. Solo queda apretar los dientes).

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