Salí a la calle con el cazamariposas en la mano dispuesto, como era mi costumbre, a capturar la realidad. En un seto vi una mariposa posada sobre una flor. Me acerqué sigiloso para atraparla. Al verme, la mariposa levantó el vuelo. Sabedora de mis intenciones se dirigió a mi a toda velocidad. Me embistió con tal fuerza que, para evitar caerme al suelo, me agarré a sus alas, y… aquí me tienen, sonriente y feliz surcando a su lado los aires. Desde el cielo, el mundo me parece otro.
(Letras minúsculas y coda, Antonio Reyes Ruiz.)
(Letras minúsculas y coda, Antonio Reyes Ruiz.)
2 comentarios:
Ha sido un gozo leer los pequeños textos del libro de A.Reyes.Un gustazo por su ironía, su frescura, su profundidad y, sobre toso, por ese guiño de brindis a la vida.JAEM
...ahí está el problema...
¿Cómo sube uno hasta el cielo si no pasa ninguna mariposa cerca?
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