martes, 7 de agosto de 2012

Un brindis por Chavela

" Oir a chavela es saber que no somos parte del rebaño, parte del montón"
   (Carlos fuentes. Escritor. 1928-2012)


      No sabría decir el motivo, pero lo cierto es que desde el abandono de la adolescencia me atrajo, muy especialmente, la canción sudamericana, tan viva, tan variada y tan rica siempre, en sus músicas y en sus voces. Argentina, Chile, Méjico, Bolivia, Ecuador y tantos paises, nos han regalado emociones  de esas que nos  remueven a fondo por dentro. y nos transportan, nos alimentan, nos trasladan, nos elevan, nos acercan, nos fusionan,...nos hacen sentir vivos.
      Instrumentistas, voces, solistas, grupos,....
      Hablar de Chavela es hablar de toda una vida acompañándome de ella. Es hablar de un pasado prolongado hasta un presente inacabado.
      Hace mucho que se salieron del tiempo y del espacio para sobrevolar nuestras vidas y acompañarnos en nuestro tiempo y espacio, concretos y reducidos, haciéndonos saborear poemas intemporales, historias indígenas, reivindicaciones sociales, momentos de otros presentes y siempre imperecederos.
      Voces, letras, músicas, esparcidas por ese amplio teclado que conforman las emociones y los sentimientos. Calchaquis, Lola Beltrán, Inti Illimani, Gardel, Chalchaleros, Chabuca Granda, Mercedes Sosa, Gauchos 4, Les Luthiers, Yupanqui, cafrune,.... entre tantos y tantos.

      Y también, hoy, muy especialmente, la chamana. Chavela. Chavela Vargas. Grande entre las grandes. Soberbia. Radical en su vida tobogán y en su estilo. Desafiante y vitalista. Negada y al final querida. Entregada y fundida a través de su irrepetible voz rota, recitándonos sus canciones y brindándonos al final un abrazo fundido e intenso.
      ¡Cuántas de sus canciones fueron banda sonora de momentos vitales de la vida!. De momentos intimistas, de momentos rasgados y destrozados como su voz, de momentos desbordantes, de momentos  perdidos, de momentos esperanzados,... En la soledad alumbrada de un flexo, en la compañía dulce y motivada de un concierto, en la puesta de sol desde el chiringuito envolvente de una  playa  perdida, en gozosos ratos compartidos en grupo haciéndola presente a través de su música y sus canciones casi hasta despedirse la luna .....o  frente a un làpiz y papel dándole forma a un pensamiento deseoso de ser plasmado, o frente a otra mirada compartida en armoniosa conjunción con la mía, o simplemente frente a uno mismo, dejándome  llevar y envolver hasta ese infinito siempre infinito

      A ella le debo muchos de esos momentos, que son tan suyos como míos.
      Sus cenizas  quedarán para siempre en las tierras de Tepoztlán. su tierra de acogida. Ella nos quedará siempre viva.
      ¡A tu salud chamana!. Ahorita y siempre.
  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta este artículo,es precioso ,a Chavela le hubiese gustado saber que te ha acompañado tanto con su voz.

arena

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu comentario. (JAEM)