miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Hay algo que celebrar?

  •       Mañana es 6 de diciembre. Treinta y cuatro cumpleaños de la Constitución. Todo un largo período de tiempo casi igualado ya al transcurrido entre el final de la guerra civil y 1978. En todo caso dos año menos que la dictadura, si por tal entendemos el período 1939/1975. Los jóvenes que entonces tenían 18 años, y por tanto capacidad  legal para votar en dicho referendum, tienen ya 52 años.
               Una Constitución que , nacida en las circunstancias en que lo hizo, ha ido envejeciendo con el tiempo sin que haya tenido la más mínima modificación si exceptuamos la realizada en 1992 sobre el derecho a sufragio de los extranjeros  de acuerdo con el Tratado de Maastrich, y la que se hizo a hurtadillas y a toda máquina el 23 de agosto de 2011 para introducir el concepto "estabilidad presupuestaria" y que contó con el apoyo de PSOE, PP, y UPN , sin necesidad de referendum al contar PP y PSOE con el noventa por ciento de escaños. En los dos casos por imposición exterior.
               Ninguna otra reforma más se ha llevado a cabo, adaptada a los tiempos y , sobre todo, a la cada vez más lejana dictadura que amortiguase, al menos, el duro corsé implantado aquél lejano 1978. Es así, como a pesar de los 34 años,  vuelven a aflorar temas  que nunca llegaron a resolverse en tan dilatado tiempo: ley electoral, Comunidades históricas, relación Iglesia- Estado, Ley de Educación estable (Creo si no recuerdo mal que estamos en la octava reforma educativa), inequívoca postura ante la dictadura y sus numerosas secuelas, etc, etc.
              A  la paralización anterior (basada en  esa idea de que el tiempo, por sí solo, lo resuelve todo) hay que añadir el acoso feroz a la democracia que se está llevando a cabo con la excusa de la crisis económica, que deriva  cada vez más hacia una crisis social y política de primer orden. El tremendo desgaste de las instituciones  y de los partidos es evidente. Más que la  celebración del  aniversario de mañana, es urgente que la política se imponga a la economía y que las instituciones se refuercen con cambios profundos para dar respuestas  rápidas no sólo a los nuevos tiempos sino también a la salida de la crisis y a la credibilidad política. Porque o el sistema democrático acaba con la crisis o ésta  devaluará la democracia hasta llevársela por delante.
             Sirva un ejemplo. Uno solo de los muchos que cada día se podrían poner.  Un gobierno que gana en las urnas por mayoría absoluta ( se confunde con poder absoluto) con un programa electoral en mano, no puede bajo ningún concepto, gobernar con el programa opuesto al que habia prometido, argumentando para ello burdas y mentirosas razones: ( subida IRPF, subida IBI, abaratamiento del despido, amnistía fiscal, copago farmaceútico, subida de  tasas universitarias,  subida del IVA, gravísimos recortes en sanidad, educación y servicios sociales, congelaciones salariales, ....). Esto sí es un engaño en toda regla a los votantes, es decir a los ciudadanos, y es despreciar el sistema democrático, inutilizándolo. Hacer añicos un programa electoral con menosprecio y engaños es socavar el funcionamiento democrático.
      Poco hay que celebrar mañana  con tantísimos millones de ciudadanos sufriendo ya los estragos de una crisis que además de miseria, miedo y desesperanza, se está llevando por delante muchos derechos constitucionales a velocidad de vértigo, en nombre de los sacrosantos mercados y de la irresponsabilidad que "todos" hemos tenido de acuerdo con las machaconas consignas mantenidas. Cuando la población en su conjunto ha sido casi borrada por endiosados conceptos económicos incomprensibles e ininteligibles, más que celebrar la Constitución, lo que habría  que hacer es volver a retomar sus principios con decisión y a colocarla en la cúpula de la soberanía del pueblo.

http://www.eldiario.es/lacrispacion/ano-Rajoy-portadas_6_70752946.html

1 comentario:

AGL dijo...

Pues si. Hay poco que celebrar, aunque en los colegios e instituto sea obligatorio hacerlo... Lean lo que ha escrito una madre "indignada sobre estas celebraciones.
http://profesoradoindignado.blogspot.com.es/2012/11/carta-de-una-madre-6-de-diciembre-dia.html