lunes, 18 de marzo de 2013

Missing

A partir de "el caso  Ponferrada", ese último enjuague de prestidigitación política de alta escuela- protagonizado por el PSOE en sus distintos niveles de dirección- intolerable en cualquier partido, nos aparece el monitor con sus constantes vitales, ya de por sí maltrechas, con apreciables signos de fatiga, desmoralización, abatimiento, desconcierto y pérdida de conciencia. ¿Dónde la izquierda? ¿Dónde la ética, los principios, la dignidad, la ideología, el respeto?. Todo ello por encima de un mundo mercantilista y trilero como el que vivimos. ¿Dónde la izquierda?.
Y si grave e inaceptable fue el hecho en sí, mucho más lo han sido después, con toda su carga devastadora, las explicaciones dadas por unos y otros... los silencios... el perdón solicitado... el no volverá a ocurrir (tan de moda)... el no me consta ( tan al uso últimamente)... la pirueta mentirosa de poner el cargo a disposición con lo fácil que debería ser dimitir simplemente...o aquello de asumimos nuestra responsabilidad - ¿en qué consiste eso, además de decirlo? ¿Qué es eso de asumir la responsabilidad?. Claro que si los otros no dimiten (léase PP) por sus vergüenzas y tropelías, no lo vamos a hacer nosotros, se dirán entre ellos en sus pequeños cónclaves de diseño de tácticas.
Arrasar sus principios como partido, poner precio a todo, colocar en la cúspide como guía de su acción el tacticismo puro y duro, renunciar a su ideología, en definitiva volver a  aquello de  " gato negro o gato blanco, lo importante es que cace ratones", si es que alguna vez se fue.. Hasta aquí  han llegado tras un largo camino lleno de renuncias a sus esencias y a su razón de existir, a sus orígenes.
El país no se merece una izquierda nominal pero desaparecida en un momento histórico en el que su presencia real sería  indispensable para abanderar la lucha sin cuartel de millones de ciudadanos  abandonados a su suerte y a la deriva como resultado de las políticas del PP  y, no lo olvidemos, de sus propias políticas también. Es ahora, más que nunca, cuando el PSOE, haciendo honor a sus siglas,  a sus principios y a su historia, debería combatir con la cabeza bien alta  llenos de  ilusión y fuerza en el Parlamento y en la calle, una vez refundado. Y no está. Está desaparecido. ¿A qué esperan? ¿Aún piensan que caído el PP, ahí estarán ellos de nuevo, como tantas y tantas veces?. La inercia de décadas y las poltronas no dejan ver más allá?
Por  respeto a los fundadores del PSOE, por respeto a tantísimos militantes que defendieron, lucharon y sufrieron por unos valores de izquierda a lo largo de más de un siglo, por respeto a aquellos y aquellas que hoy día siguen apostando por  sus ideas socialistas ya sea desde  sus  cargos o como simples militantes o simpatizantes, por respeto a todos aquellos que un día le votaron y, en todo caso, aunque solo fuese  para no revivir el  triste espectáculo de ver a Rubalcaba, una y otra vez en el Parlamento, vapuleado, abatido y noqueado por una derecha endiosada que se sabe con mayoría absoluta y sin oposición... Por su propia dignidad, es necesario y urgente el relevo en la cúpula del partido y volver a sus principios para poder  afrontar de forma decidida los retos de este presente devastador, desde una izquierda sin tapujos y haciendo honor a su nombre. Es la hora del relevo generacional. De lo contrario, ¿hacia dónde se dirigen?. Y si no lo saben, ¿Qué bandera van a levantar para colocarse en primera línea de lucha política en estos momentos críticos?
El 12 de enero el diario.es publicó en su sección Zona Crítica, un artículo de Victor Alonso Rocafort titulado " Por qué no nos sirve el PSOE". Su lectura aporta algunas reflexiones sobre la encrucijada del partido.
Alonso Rocafort es profesor de Teoría Política en la Universidad Complutense y miembro del colectivo Novecento.
http://www.eldiario.es/zonacritica/sirve-PSOE_6_89651036.html

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Cuando cerraba esta entrada, leo en el diario El Confidencial de hoy, unas declaraciones de Alfonso Guerra. Se muestra contrario a las listas abiertas( provocan la máxima corrupción, nos dice), contrario a las primarias, contrario a la reforma constitucional, a un Estado Federal,...
Alfonso Guerra es el único diputado que permanece en el Congreso desde 1977. Por supuesto a través de listas electorales... cerradas. Tuvo un férreo control del partido (Quien se mueva no sale en la foto,llegó a decir), sin embargo "tampoco se enteró"  en su momento, de historias como la de su hermano Juan, nombrado su asistente con despacho oficial en la Sevilla de 1990 y que se movió como quiso, provocando uno de los mayores escándalos de la incipiente democracia conocido como  "caso Juan Guerra".
Tenía 34 años cuando en el Congreso de Suresnes (1974) acabaron con la cúpula histórica . Renovaron el partido hasta volverlo del revés. Era la nueva generación, era su momento según ellos.
 Hoy a punto de cumplir 73 años no ve necesaria una nueva renovación. Ahí sigue sentado en su escaño viendo pasar el tiempo. Como la Puerta de Alcalá.
Decididamente hay que poner un tope de años a aquellos que quieren dedicar un tiempo al servicio público porque de lo contrario ocurren estas cosas que degradan el funcionamiento democrático.
Por cierto, las listas cerradas, ¿ no  han provocado ni estimulado ni favorececido la corrupción?. ¿qué opinará el diputado, cuasi vitalicio y Presidente de la Comisión de Presupuestos del Congreso, Sr. Guerra?

1 comentario:

AGL dijo...

..."Desaparecidos", pero no "en combate", precisamente. Desaparecidos, sin más, haciendo casi, casi, dejación de las funciones que tantos votantes de izquierda les encomendaron... Ya sólo faltaba lo de Guerra. ¿Cuántos años harán falta para que la izquierda recupere el tono que exigen los tiempos?.
AGL