" En la política nada ocurre por casualidad. Si algo sucede,
se puede estar seguro de que ha sido planeado así. "
( Franklin D. Roosevelt.- Presidente EE.UU. - 1933-1945)
Limitándonos solamente a los últimos doce años transcurridos, se puede deducir fácilmente que en política no existen las casualidades. La actuación de los gobiernos de turno es fruto, según parece, de una calculada habilidad para echar su propia responsabilidad sobre todas aquellas personas más débiles o con menos opciones y capacidad de defensa en una situación determinada.
Hago esta reflexión al hilo de la grave crisis que vivimos estos días como consecuencia del caso de Ébola ocurrido en nuestro país. Las injuriosas y humillantes declaraciones realizadas por el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid sacudiéndose, en principio, toda responsabilidad en una crisis de salud pública y sugiriendo de forma ambigua y confusa que la auxiliar de enfermería Teresa Romero puede ser la culpable de su infección al haber mentido ( "posiblemente" ) y a su torpeza ( "dado que para ponerse un traje y así evitar el contagio, no hace falta hacer un máster " ), es algo opuesto a la ética y ejemplaridad que debe presidir la conducta de todo servidor público. La voluntaria ( dando un paso al frente) Teresa Romero es señalada, de esta forma, como posible responsable y así poder escurrir el bulto desde otras instancias y cargos.
En cualquier país de nuestro entorno comunitario- al que tanto se refieren cuando les interesa-, unas declaraciones de este calado hubiesen supuesto con toda seguridad su dimisión inmediata o una rotunda desautorización y cese fulminante desde instancias superiores. Y esto sin hablar de la máxima responsable y todavía Ministra de Sanidad Ana Mato Adrover.
No se informa sobre si se siguió el protocolo en toda su intensidad. No se informa sobre si el personal sanitario estaba bien adiestrado. Tampoco se dice nada sobre si se hubiesen evitado riesgos de no haberse desmantelado el Hospital Carlos III como centro de referencia de enfermedades infecciosas. Y tampoco nos informan de las verdaderas razones para que los dos sacerdotes en su fase final fueran traídos a España. Tampoco nos informan de dónde salió la orden final a pesar de los graves riesgos y si hubo, o no, presiones desde algunas instancias concretas, así como la valoración que se hizo sobre los pros y contras de tal decisión y si se sopesaron otros planes alternativos menos arriesgados.
No es momento, dicen, de responsabilidades políticas. Es el momento de actuar desde la profesionalidad médica y desde la ciencia. Como si ésta funcionase a criterio de cada cual y sin atenerse a unas directrices, a una normativa de obligado cumplimiento y a una planificación política emanadas desde los organismos políticos pertinentes. Ni es momento ahora, ni posiblemente lo será después a toro pasado. Es la costumbre y es lo habitual. ¿O es que acaso alguna vez fue el momento de algo?.
Los ojos y el dedo se dirigen exclusivamente hacia esta profesional voluntaria que hoy lucha por su vida en un hospital y que de forma terca tuvo "una conducta irresponsable y que incomprensiblemente no actuó de forma debida". ¿Es todo lo que hay que decir sobre el personal - en este caso, insisto, voluntario- de nuestra red pública sanitaria?. Punto y final.
Los altos cargos no aceptan errores ni asumen su responsabilidad política (¿Qué es eso?) y señalan, como ahora, al más débil.
Mirando a nuestro pasado más reciente vemos que este caso no es un hecho aislado. Recordemos algunos:
* Accidente ferroviario de Santiago ( 2013): 80 muertos. No ha habido una sola responsabilidad de la administración. Francisco José Garzón, maquinista que conducía el tren Alvia fue el responsable de la tragedia en la curva de Angrois. Punto y final.
* Accidente del metro en Valencia ( 2006): 43 muertos. Nos se asumieron tampoco responsabilidades políticas. La culpa fue de Joaquín Pardo Tejedor, uno de los fallecidos y conductor de la máquina. Punto y final.
* Accidente del Yak-42 ( 2003): 62 militares y 13 miembros de la tripulación murieron en Turquia, estando Federico Trillo- Figueroa y Martínez - Conde al frente del Ministerio de Defensa. A pesar de todo lo que se demostró posteriormente, fueron declarados culpables tres militares que según el gobierno "actuaron por su cuenta" ( como si eso fuese lo habitual en medios castrenses). Los documentos oficiales echaron por tierra todas las maniobras e informaciones que, por entonces, se publicaron intencionadamente. No hubo ni una dimisión en el gobierno a pesar, incluso, de las manipulaciones en los cadáveres, del fallo en las identificaciones y de la precipitación en los funerales de Estado. Federico Trillo -Figueroa y Martínez- Conde es embajador en Reino Unido desde 2012 aunque no pertenece al Cuerpo Diplomático. Punto y final.
* Caso Prestige ( 2002) : Que Alvarez Cascos ( Ministro de Fomento) y Manuel Fraga ( Presidente de la Xunta) estuvieran desaparecidos en las primeras y decisivas horas de aquella catástrofe medioambiental, no fue óbice para que el único culpable fuese Apóstolos Mangouras, capitán del petrolero hundido.
* Caso bankia ( 2012 y aún abierto): A pesar de todo lo ya conocido, a pesar del rescate con fondos públicos, a pesar de la estafa de las preferentes, a pesar del escándalo de las tarjetas opacas,..... el único condenado por ahora a 17 años de inhabilitación es el juez Elpidio Silva que se atrevió a meter en la cárcel (¡estuvo quince días! ) a Miguel Blesa. Rodrigo Rato ( vicepresidente del gobierno con Aznar y expresidente del FMI ) tampoco, al parecer, tiene nada que explicar ni asumir.
* Caso Gürtel ( 2009 y aún abierto): El primero en caer fue Baltasar Garzón, juez que comenzó la investigación de la trama de corrupción en el PP. Fue condenado a 11 años de inhabilitación. Intentó, aunque ya no pudo, abrir un proceso sobre el Régimen Franquista sobre el que también fue juzgado. Que buena parte de los encarcelados posteriormente estuvieran en las administraciones o puestos orgánicos del PP es lo de menos.
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Y así podríamos seguir con los EREs y cursos de formación ( Andalucía. Gobierno del PSOE desde el inicio de la autonomía), sin responsabilidad política alguna, y tantos y tantos casos que inundan y envilecen nuestra democracia hasta líneas rojas.
Añadiríamos aquí: los " no recuerdo ", " no me consta... ", "no sabía... ", " no me enteré... ", " confiaba plenamente..."..... Estas y otras frases son escuchadas en otras historias actuales con absoluta normalidad. Nadie sabía nada salvo la "víctima" de turno escogida. O esas herencias millonarias nunca declaradas ni conocidas, ni investigadas,....
Al juez Castro habría que hacerle un monumento por su tesón profesional al haber mantenido por segunda vez la imputación de la ya exinfanta Cristina de Borbón , aún a riesgo de que sea posiblemente desimputada de nuevo en fechas próximas.
¿Quiénes han llegado a los gobiernos y a la esfera pública en sus variados estamentos? ¿Quiénes han llegado a puestos relevantes en muchas empresas privadas de alto standing ?¿ Cómo es posible todo esto? ¿Qué enseñanza, qué mensajes pretenden darnos? ¡Tanta connivencia, tanta complicidad, tanto pacto fraguado a escondidas, tanto silencio en años!
Lo grave no es la corrupción con nombres y apellidos concretos y que nos la presentan como hechos aislados. Lo realmente dañino es la existencia de todo un sistema y entramado que se siente y se sabe impune y dueño absoluto de lo divino y lo humano. Bajo su lona se refugian un buen número de hombres y mujeres que de alguna manera dirigen nuestra sociedad en los ámbitos privado y público, fáciles de traspasar, por otra parte, a través de las permanentes puertas giratorias.
No se sienten obligados a rendir cuentas de su gestión ni a asumir responsabilidades políticas en su caso. No existe esa obligación porque no existe la responsabilidad política con independencia de lo penal. Incluso, a veces, en vez de pedir simplemente perdón solo vemos un permanente dedo acusador diciendo, diciéndonos con altivez : " No sabe usted con quien está hablando".
1 comentario:
Ante gobernantes irresponsables, mezquinos y cobardes, ciudadanos con la actitud, seriedad y valentía de querer construir un país diferente.(Gea)
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