viernes, 7 de noviembre de 2014

Tiempos de poemas... Tiempos de canciones

La poesía y la canción siempre fueron vehículos de reivindicaciones. Cumplen una función estética  y sobre todo ética. Recuperar la honradez, la honestidad, la lealtad, la justicia, la decencia, el pundonor, la vergüenza,..... Pedir, exigir, una verdadera democracia, una vida digna, una esperanza,.....
Sentirse unidos en palabras y canciones ante el desasosiego, el frío y el azote de vientos racheados que pueden conducirnos  a esa soledad triste  y desolada  al  percibirnos desnudos de ánimo y de sustancia. Poemas y canciones  que nos despojan del miedo y de la angustia, que nos ayudan a no resignarnos y a comprobar que, aún y siempre, somos ciudadanos.
El poema que traigo hoy a esta entrada  fue escrito por Mario Benedetti en Uruguay en años negros y dolorosos de su país.
Se puede leer desmenuzando sus versos mientras lo escuchamos en la voz inconfundible del cantautor y poeta Quintín Cabrera aunque sólo sea para preguntar, al menos, a tantos y tantos políticos y personajes públicos, de qué se ríen  ante tanta indignidad y desvergüenza, ante tanta injusticia y descaro diario que anegan  los campos fértiles de la esperanza y arrastran  hasta nuestros pies el lodo de la injusticia canalla. ¿De qué se ríen ante tanto sufrimiento?.
Risas gélidas, fuera de tiempo y espacio, que nos golpean con fuerza y sin miramientos. Sonrisas absurdas, siempre presentes, sin saber a qué se deben. ¿Están contentos, acaso?, ¿Tan lejos están del dolor ajeno? ¿ Tan ausentes de lo que dicen representar?¿No se asustan ante un futuro cercenado?, ¿De qué se ríen?. ¿Pretenden inyectarnos, de esta manera, la confianza a través de sus vacías promesas y de sus mentiras constantes?.
No quiero risas estúpidas en caras desdibujadas por el espanto de aquellos que  les miramos. No quiero risas ridículas de todos aquellos que  se olvidan de la vida cotidiana de gente corriente con nombres y apellidos y que se enfrentan, día a día, a nuevos muros cada vez más altos. No quiero risas insultantes de los que califican  la humillante emigración de nuestra juventud como simple movilidad exterior.  No quiero risas sobre la juventud arruinada  y desorientada  en busca de un trabajo que nunca llega y que cuando llega les traslada  a épocas de esclavitud  hecha presente. No quiero risas,.....
No son tiempos de risas. Son tiempos de sobrevivir apretando los dientes sin claudicar de la esperanza y la dignidad que intentan robarnos y que nos pertenece. 

Dice el poema de Benedetti:

Seré curioso: Sr. Ministro, de qué se ríe

En una exacta foto del diario,
señor ministro de lo imposible,
vi - en pleno gozo, y en plena euforia
y en plena risa- su rostro simple.

Seré curioso, señor ministro,
de qué se ríe, de qué se ríe.

De su ventana se ve la playa
pero se ignoran los cantengriles (*)
tienen sus hijos ojos de mando
pero otros tienen mirada triste.

Aquí en la calle suceden cosas
que ni siquiera pueden decirse;
Los estudiantes y los obreros
ponen los puntos sobre las íes.

Por eso digo, señor ministro,
de qué se ríe, de qué se ríe.

Usted conoce mejor que nadie,
la ley amarga de estos países.
Ustedes duros con nuestra gente,
por qué con otros son tan serviles.

Cómo traicionan el patrimonio
mientras el gringo nos cobra el triple.
Cómo traicionan usté y los otros
los adulones y los seniles.

Por eso diga, señor ministro,
de qué se ríe, de qué se ríe.

Aquí en la calle sus guardias matan
y los que mueren son gente humilde,
y los que quedan llorando rabia
seguro piensan en el desquite.

Allá en la celda sus hombres hacen
sufrir al hombre y eso no sirve.
Después de todo, usted es el palo
mayor de un barco que se va a pique.

Seré curioso, señor ministro.
de qué se ríe, de qué se ríe.

                                                 (M. Benedetti)

(*) Cantengriles: chabolas en el hablar uruguayo


* Mario Benedetti: (Pasos de los Toros, 1920- Montevideo, 2009).- Escritor, poeta y ensayista uruguayo. Integrante de la Generación del 45, a la que también pertenece  Juan Carlos Onetti. Traducido a más de veinte idiomas.
* Quintín Cabrera: (Montevideo, 1944- Majadahonda, Madrid, 2009). Cantautor y poeta uruguayo. Vivió en España desde 1968 hasta su muerte. Su música enraizada en la tradición popular uruguaya, sirvió de vehículo a unas letras poéticas y ácidas, en las que expresaba su compromiso con la lucha obrera y la libertad.
 ( datos de Wikipedia)

En la voz de Quintín Cabrera. Todo un placer escuchar su voz y su música envolviendo este poema.



3 comentarios:

Unknown dijo...

De qué se ríe señor ministro...nos preguntamos mientras vemos sus risas prepotentes y sus sonrisas condescendientes...
Nada puedo añadir a ese texto tan hermoso donde nos sentimos redimidos si eso fuera posible. Gracias JAEM

Unknown dijo...

Hermoso texto . Gracias JAEM

Anónimo dijo...

Muchas gracias por los comentarios. Un poema o una canción compartida, son detonantes que abren brechas irreparables en el muro ( inhumano), falto en su argamasa de lo que llamamos DD.HH.. Al fin y al cabo, poemas y canciones, alimentan la mente y la refuerzan desde el momento en que se comparten y se hacen de todos. De ahí su inmenso poder. (JAEM)