martes, 16 de diciembre de 2008

ZAPATAZO


Cuando mi madre se enfadaba con el niño que fui (casi siempre con razón), como no me alcanzaba corriendo para darme una zurra, me tiraba el zapato. Mejor dicho, lo que me tiraba era una alpargata, que para el caso que nos trae aquí viene a ser lo mismo. Se trataba, a todos los efectos, de un “misil” casero de corto alcance que pretendía dar de lleno donde más podía dolerme: en la línea de flotación de mi soberbia infantil.

A Bush, a ese amigo tejano de Aznar, le han querido dar un zapatazo. Da igual que le hayan arrojado una alpargata (como las que me lanzaban a mi) o una babucha. Todo habría quedado en un golpe mediático si no fuera por que lanzar un zapato y llamarle "perro", (que es lo que le han dicho) son dos de los mayores insultos que se conciben entre los musulmanes.

De estos zapatos y zapatazos, (nada tienen que ver con Zapatero…) ya teníamos antecedentes cuando los propios americanos le arrojaron a Bush hace unas semanas una bota de montar... que acabó alcanzando a D. John MacCain. "Chancletazos" se dieron también aquí hace más de cuatro años al Sr. Aznar, pero de nuevo el perjudicado fue otro.
En esta ocasión, el lanzador -como le pasaba a mi querida madre conmigo- tampoco acertó en el blanco. O quizás si.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué entrañables recuerdos!

JRDC dijo...

Yo tengo una madre que también me lanzó algún que otro babuchazo, o algún que otro escobazo. Al igual que Bush, tuve cierta destreza en esquivarlos.Mi delito era no hacer mi tarea con lo cual al posible escozor por el misil babuchero se le unía el problema de conciencia. A Bush, ¿ le quedará algún resquemor?

Jesús dijo...

He oído que Bush va a llevar a partir de ahora a dos porteros para que controlen el calzado de la gente que accede a las ruedas de prensa. Dicen que va a ser como en las discotecas, con la diferencia de que aquí el calzado exigido serán chanclas de piscina. Y de las blandas, por si acaso...

Anónimo dijo...

El comentario de Jesus oportuno y simpático

Anónimo dijo...

estoy probando

Anónimo dijo...

A Bush el zapatazo le produjo una sonrisa fija entre gélida y atontada. ¿Resquemor?... ninguno. Su sonrisa permanecerá mientras todo lo que reciba sean zapatos o similares a cambio de las botas( botazos) que mandó tirar por millares de forma certera.

Piedra rosetta dijo...

Esperemos que, aunque no le dio, el zapatazo le haya dolido.