domingo, 21 de febrero de 2010

El dedo de España

En estos días en los que se celebran en tanto lugares los carnavales, aquel viejo tópico de la España de “charanga y pandereta” se ha reeditado en su versión de “peineta y malos modos”. El “dedo”, el “dedo de España”, el dedo de D. José María Aznar…

El mismo dedo que nombró a Rajoy, el que apuntaba (con muy malas intenciones…) a Felipe González con aquello de “váyase…”, el dedo que nos metió en lo de Irak…

Ese mismo dedo que, en aquel “¿Diálogo? entre un griego y un romano”, del Libro del Buen Amor, como metáfora de la cultura contra la barbarie, tantos problemas ocasionó.

Ese dedo (de España cañí y de derecha rancia) que, a lo mejor con intención, le ha metido de rebote a Rajoy en el ojo. Y que nos lo ha metido un poco a todos.

Quiero recordar aquí lo de Quevedo: “No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo. ¿No ha de haber un espíritu valiente? ...”

Tendrá que haberlo. Ya está bien de dedos chulescos, de dedos amenazantes. “¿No ha de haber un espíritu valiente?”, como decía Quevedo ante “esos dedos”… Tiene que haberlo.

2 comentarios:

José María Tello dijo...

Amigo, perdona la grosería; que se meta el dedo en el culo.
Lo que me ha molestado ha sido el olvido de los medios de comunicación (he leido varios). Tildan a los estudiantes de maleducados, por llamar a este señor ¡asesino! ¿Acaso no lo es?

P Vázquez "ORIENTADOR" dijo...

Seguramente en la conferencia enseñó mucho, aprender se aprende de todos, pero cuando se acaben las palabras que no falte un dedín...
Tal vez pueda conducir por nosotros...