domingo, 8 de marzo de 2015

8 de Marzo

" Día Internacional de la Mujer "



Se conmemora hoy la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integral como persona.
Dejando a un lado cuestiones discutibles como por ejemplo la utilidad o no de días específicos para la reivindicación de innumerables causas que casi han agotado el calendario, el día de hoy nos ofrece  la posibilidad, y en ella entro, de pasar del mero festejo y felicitación ( algo totalmente carente de sentido y contenido), para  tratar de ver - más que de mirar- de qué hablamos cuando hablamos del día Internacional de la Mujer. De lo contrario, puede ocurrir que como en tantos otros casos se quede en otra pompa jabonosa lanzada al aire, aislada y desconectada de la realidad, es decir, en el vacío. Eso sí, brillante y con colorido pero nada más.  Y así hasta que desaparezca de nuestra vista o simplemente explote.
Es difícil, por no decir imposible, interiorizar la lucha por la igualdad de la mujer si la percibimos carente de raíces, sin historia, sin un recorrido de altibajos, parones y retrocesos,  y sin considerarla como una lucha,  nada festiva, ni en el pasado ni en nuestro presente. Porque si se presenta así, se puede caer fácilmente en que celebrar el día de hoy consista en  un festejo o una moda  propia de estos tiempos y en cualquier caso ajena a una  lucha compartida de décadas o siglos.
Bastaría con remontarnos tan sólo a finales del siglo XVIII y analizar sucintamente el recorrido del tema que nos ocupa, desde entonces hasta el presente, en nuestro entorno y en nuestra nación: por ejemplo los movimientos sufraguistas y, por extensión, todo lo que vino después como el sufragio femenino, la reivindicación de la igualdad, la denuncia de la opresión social y familiar, la separación entre sexualidad y reproducción, la maternidad libre, la libertad sexual, la planificación familiar, etc.
Sin olvidar, claro está,  que la Historia de la Humanidad no son aguas estancadas y caducas sino aguas vivas que  llegan hasta nuestro presente nutriéndonos y, en ocasiones, enturbiándonos. A fin de cuentas  somos producto de todo ello. 
Nos bastaría, también, conocer qué decía nuestra  Constitución de la IIª República.(1931)- aplastada a los 5 años con un violento golpe militar- y  que consagró el sufragio femenino entre otros derechos como el divorcio, matrimonio civil, etc (*). Y que fueron tres mujeres las que ocuparon escaño por primera vez en el Congreso: Margarita Nelken, Clara Campoamor  y Victoria Kent
Después entramos en una larga y oscura noche de represión y dictadura, cuyo estudio y no olvido, nos hubiese servido para saber que no siempre se avanza. Que hay retrocesos y logros sociales dilapidados hasta la llegada de nuevas conquistas. Porque nada cae del cielo graciosamente ni dura por siempre  si no se mantiene y defiende.
Nos bastaría igualmente conocer qué fue -  ahí sigue de alguna manera- eso del Nacionalcatolicismo y su enorme daño a la igualdad de la mujer a través de unos poderes y una doctrina firmemente incrustada en el tejido social. Sirva como ejemplo, por citar alguno, la reciente publicación  del libro " Cásate y sé sumisa" de la editorial Nuevo Inicio presidida por el Arzobispo de Granada. En su contraportada se puede leer en referencia a cual debe ser la actitud de la mujer en el matrimonio: " Ahora es el momento de aprender la obediencia leal y generosa, la sumisión". ¿ Cómo es posible que se sigan escribiendo estas cosas equiparables a las de hace cincuenta o sesenta años? Y sobre todo, cómo es posible que se edite y ampare desde instituciones subvencionadas por el mismo Estado que trata de avanzar, dicen,  en la igualdad de la mujer?
Sirva todo lo anterior para, al menos, conocer un poco en qué lugar se encuentra cada uno.  De dónde venimos y dónde estamos.
Queda una larga lucha, como en tantos aspectos,  aunque haya avances significativos ajenos a medidas  de tinte político efectista y electoralista.
Según datos que ofrece hoy el diario El País: las catedráticas universitarias, por ejemplo, siguen siendo dos de cada diez y Rectoras de Universidad  sólo hay una; Pero hay un dato que para mi supone una cuña que va abriendo de forma imparable una brecha realmente importante en dicho avance: En el período 1956/60, las mujeres matriculadas en las universidades eran el 19%; El curso 1980/81, el 44´1%; Hace dos cursos: 54´3%.
Una reflexión final:
Siempre he creído que la lucha por la igualdad de la mujer no es exclusivamente un tema de mujeres frente a  hombres. Es un tema de valores personales y de principios. En esa lucha cabemos, o debemos caber, todos aunque haya hombres y también mujeres que  estén  ausentes o en contra de ese objetivo.. Tenemos claros ejemplos de cómo en muchas ocasiones, llegados al poder del tipo que sea, da igual ser hombre o mujer.
Sin restar ni un milímetro a las justas reivindicaciones femeninas, me gustaría más llamar a este día " Día de la dignidad de la persona". Porque ahí entrarían todos y todas los que de alguna forma u otra han sido y/o  son maltratados por poderes, hábitos, costumbres, normas,  leyes  y doctrinas injustas, ancladas  y arraigadas en nuestra sociedad no de forma casual. 
Quien sabe si de lo que se trata es de distraer la atención y que las miradas se centren  exclusivamente entre unos y otras. Porque así no miramos, codo a codo y juntos, a esas élites que mantienen a toda costa las desigualdades como resultado del sometimiento y de  la indignidad.
En esta cuestión, como en tantas otras, dividir siempre fue buena estrategia para dominar.
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(*) Conviene no perder la perspectiva: no siempre hay evolución en línea recta y constante. También hay involuciones  de las que  se sale, con suerte, al cabo de varias generaciones. La República supuso un intento de cambio liberalizador para la mujer.
Hace ochenta años, conviene recordarlo, la situación de la mujer fue muy distinta a la que se pueda pensar aunque no dio tiempo, dado el final trágico de la misma por fuerzas reaccionarias,   a su asentamiento y posteriores avances. Sirvan como ejemplo, algunos hechos: 
- Se eliminaron privilegios reconocidos  exclusivamente a los hombres.
- Se reguló el acceso de mujeres a cargos públicos.
- Se reconoció el derecho a voto de las mujeres, así como el matrimonio civil y el derecho de la mujer a tener la patria potestad de los hijos.
- Se suprimió el delito de adulterio aplicado sólo a la mujer.
- Se permitió legalmente el divorcio por mutuo acuerdo y se reguló el trabajo femenino.
- Se prohibieron las claúsulas de despido por contraer matrimonio o por maternidad.
- Se estableció el Seguro Obligatorio de Maternidad.
- Se aprobó la equiparación salarial de ambos sexos.
- Se instauró la enseñanza mixta y la coeducación.
- Se abolieron las asignaturas domésticas  y religiosas. Se crearon escuelas nocturnas para trabajadoras.
- Se redujo significativamente el analfabetismo femenino.
- En Cataluña se permitió la dispensación de anticonceptivos  y se despenalizó y legalizó el aborto.





4 comentarios:

AGL dijo...

Me apunto a esa celebración. La Dignidad es un "valor de valores"...

Anónimo dijo...

Es difícil la igualdad cuando el miedo y la indignidad van empapando el tejido social. La indignidad no permite que aflore ningún tipo de igualdad.
Como tú dices la Dignidad es un "valor de valores". (JAEM)

Anónimo dijo...

Gracias por tus reflexiones con las que estoy totalmente de acuerdo.

No escuchar la visión femenina de las cosas es renunciar a una parte de nosotros mismos.(AHL)

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario.
Es cierto lo que dices. Es una lucha de dos visiones compartidas frente a un poder común. Sirva como ejemplo el silencio, la mirada para otro lado o la ausencia, de las diputadas ( también diputados evidentemente) en la sesión de ayer sobre el caso de acoso sexual y laboral sufrido por una Comandante del Ejército y sacado a la luz por el programa "Salvados". ( JAEM)