jueves, 12 de marzo de 2015

Micromítines

¡ Cuánto bochorno y  cuánta ilusión a la vez !
Porque el mañana cercano está pulverizando el lastre de un pasado aún presente.




Andamos casi en pleno ecuador de la campaña para las elecciones parlamentarias andaluzas. Conviene recordar que esta Comunidad autónoma ha estado gobernada por el Partido Socialista ininterrumpidamente desde el mes de mayo de 1978. Algo insólito en el resto del Estado.
Esto quiere decir, sin temor a equivocarme, que el próximo mes de mayo cumplirían o cumplirán ( depende del resultado electoral), treinta y siete años  de gobierno. De ellos, cuatro años preautonómicos y treinta y tres años de gobiernos autonómicos. No es extraño, dados los datos, que a esta Comunidad se le haya identificado como  el granero socialista. Y también quiere decir que los chavales con uso de razón en  aquel lejano año de 1978 ( nacidos en 1970), rondan hoy los cuarenta y cinco años de edad. 
Para bien o para mal quedarán para la posteridad los Presidentes  de Gobierno como  Plácido Fernández Viagas (un año); Rafael Escuredo Rodriguez (tres años); José Rodriguez de la Borbolla y Camoyán (8 años); Manuel Chaves González (19 años); José Antonio Griñan Martínez ( 5 años)  y  Susana Díaz  Pacheco desde 2013 hasta nuestros días.
Una observación curiosa: de los seis presidentes en treinta y siete años, dos de ellos- aforados actualmente en Madrid-  han ocupado la Presidencia casi los últimos 24 años. 
A la luz de los datos anteriores , se entenderá mejor la enorme dificultad y el esfuerzo titánico que supone dar un giro al timón de la nave y acabar con todo un ciclo histórico de hegemonía, impunidad,  asentamiento y poder, con el lastre que ello conlleva tras casi las cuatro décadas de mayorías, algunas de ellas absolutas. Ha sido muy fácil, en esas condiciones excepcionales, haber hecho y deshecho a su antojo hasta terminar creyendo- y viviendo- que la política es una larga vida profesional y que la hacienda verde y blanca les corresponde por ley natural. Es lógico que se fuesen formando clanes de poder; luchas internas; grupos de presión; redes clientelares; el uso y abuso dañino del voto útil permanente; la jibarización a dos partidos de la diversidad social y política de los ciudadanos, Se puede añadir además la entrada en las redes del poder  de numerosos familiares de políticos de relieve que se creyeron con el derecho a ocupar  cargos  y a hacer carrera política por la única razón de sus apellidos. El político gaditano, Luis Pizarro no ha abandonado  la actividad política de primera línea en diversos frentes desde 1979. Y en un alarde circense, vuelve a ser candidato por la provincia  en las elecciones en puertas. Si lograse escaño y se mantuviese toda la legislatura, llegaría a estar cuarenta años en la lides del poder. Así se entiende la renovación.
Sin duda alguna, una democracia en estas condiciones funciona mal, pierde fuelle, se desliza por la pendiente y cae sin remisión en vicios, hábitos, costumbres y formas que degeneran, como no puede ser de otra manera, en un entramado perverso y  nada deseable para la propia salud del sistema democrático. Si a ello le añadimos listas electorales cerradas, mandatos indefinidos y la actual ley electoral,  mejor apagar la luz e irnos.
¿Cómo no entender, que la presente situación de descrédito y corrupción hunde sus raíces en todas esas condiciones?. Condiciones que, al parecer, no ha dado tiempo  de ir mejorando  a lo largo de casi cuatro décadas. 
En esto llega la candidata Susana Diaz Pacheco ( Exsecretaria de Organización de las juventudes socialistas de Andalucía allá en 1997actual Presidenta de la Junta y exconsejera de  Presidencia en el anterior  gobierno de Griñan ) y como una recién llegada que pasaba por aquí nos habla e invita a dar el salto definitivo en sus brazos. 
 Carpe diem, que habrá dicho para su interior. De un plumazo borra su militancia, sus muchos años en el partido, sus distintas responsabilidades en el mismo y, por supuesto, toda la historia del PSOE andaluz  a lo largo de 37 años-  sus logros conseguidos y también sus traiciones y su mal gobierno-. Nada existió. Nada importa. Ya digo, Carpe diem.
Para Susana Diaz Pacheco no hay partido, ni partidos, ni Secretario General.  Existe solamente Andalucía, los andaluces y ella  hurgando  en esas fibras sensibleras y populistas que conoce y domina a la perfección. Por sobrar le sobra hasta el programa electoral. Ella y el pueblo maltratado, por otros, a pesar del larguísimo  gobierno autónomo de su partido en la Comunidad.
El espectáculo del debate electoral en Canal Sur (¡Qué gran invento el de las televisiones autonómicas!), el pasado lunes día nueve fue vergonzoso. PP, PSOE  e IU -de acompañante- con sus primeros espadas. Porque este era el debate oficial, el auténtico y el de verdad frente a otros debates aguados y  de segundones. Estrategias de alto nivel entre el bipartidismo.
Llamarlo debate produce vergüenza ajena. Un debate sin preguntas, sin público, encorsetado, calculado y falso. Sin espontaneidad, sin calor, sin vida. Claro que ¿ para qué más?. A fin de cuentas no se dirigían a ciudadanos hechos y derechos. Bastaban, pues,  los mensajes memorizados, las acusaciones mutuas y unas reflexiones carentes de profundidad. Faltó el debate y sobraron  micromítines aislados.
Es absurdo e intolerable  que para unas elecciones futuras, como las del próximo día veintidós,  sólo participen los partidos que fueron elegidos en las elecciones pasadas. Lo lógico y lo justo es que participasen todos los partidos que se presentan ahora y en igualdad de condiciones. Se puede afirmar que se hace así porque es lo legal, si. Como tantas cosas injustas. Pero faltó el gesto democrático y de alturas  de haber dejado participar a otros. 
Escuchándolos ( me refiero al PP y PSOE ),  uno se reafirma en que definitivamente han perdido el norte. La calle real, con sus quehaceres y problemas diarios dista mucho de esta clase política  colocada de perfil. 
No se sabe qué pretenden ni dónde van. Aprietan el acelerador, carentes ya de reflejos, sin escuchar ni mirar a su alrededor. Nada les importa.
Puro juego suicida y puro teatro. Ellos sabrán la razón de haber preferido escuchar las últimas melodías de la orquesta mientras su barco- como el Titanic- se hunde. ¿ O seguirán pensando que son imbatibles?. A lo largo de este año se verá.


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