viernes, 3 de octubre de 2014

Érase una vez....

Recuerdo que así comenzaban muchos de los cuentos que nos contaban en nuestra infancia.
Me gustaría creer, como aquellos años, que todo lo que está ocurriendo en la actualidad fuesen cuentos como entonces. Que todas las historias malvadas que escuchamos ahora fuesen inventadas. Que todos los personajes siniestros e infames que nos amedrantan con su poder y cercenan el futuro, fuesen de cartón piedra  o, como mucho, simples  creaciones de nuestra fantasía.
Me gustaría pensar que, como en aquellos cuentos de la infancia, los malos tuviesen su merecido castigo y  no fuesen  gigantes impunes riéndose a carcajadas de los pequeños enanos o garbancitos pisoteados en el bosque.
Y que todos esos cuentos estuviesen basados en esta realidad cotidiana que, a veces, como hoy, preferimos no ver ni pensar al superar  la propia ficción . Y que todos comenzasen,  más o menos,  así : " En la tierra del olvido donde nadie se acuerda ya de nada....".
Cuidadosamente encuadernados con mimo y con  dibujos y bellas ilustraciones a todo color. Ordenados en nuestra estantería para acudir a ellos cada vez que  queramos escapar y zambullirnos en historias llenas de fantasías, de miedos, de angustias y de interrogantes, pero sabiendo siempre que estamos bajo buen cobijo y resguardados de los ogros, de  la lluvia y el frío como en aquellas tardes de nuestra infancia. Y, sobre todo, con la certeza soñada de que, esos cuentos,  no son reales aunque nos pudiesen resultar creíbles.
Con títulos sugestivos y cubiertas que nos hechizasen: 
" Mónica, la mujer que no quería a las mujeres con hijos"; " Los ogros de las tarjetas opacas "; " Miguelito y el desahucio de su casa"; " Las lejanas cuevas de los tesoros robados"; " La desmemoria de los tramposos"; "Lo robado era de todos"; " Los bellacos y sus tijeras"; "Los fantasmas que nunca mueren del todo" ; " Las mazmorras no son para los gigantes"; " Jóvenes desterrados y olvidados ", "Los maliciosos mentirosos", " Las misteriosas puertas giratorias", "Las poltronas con pegamento " , "Venimos de la nada",  " El rey que desapareció", ....
La editorial bien podría llamarse Transiciónmodélica S.A. 
Escaparíamos así  de la realidad, en días espesos como hoy, leyendo alguno de esos cuentos basados en la tierra del olvido. Con unas notas musicales de fondo que nos recordasen aquellas coplas casposas e inconfundibles del cancionero nacional de entonces, en aquellos aparatos de radio ( Españolear ).... y de ahora, en discursos oficiales llenos de mentiras  (Marca España).
Un tiempo tristemente detenido desde hace décadas. Y hábilmente retenido cuando las mareas  comienzan a golpear fuertemente las rocas.

Españolear
( de Luís lisart y J.Espeita)

España tiene salero,
España tiene alegría
y si no fuera español
para España me vendría.

Españolear, españolear,
es lo que hacen los turistas
cuando vienen por "acá".
Españolear, españolear,
ellos saben que lo nuestro
les da la felicidad.

Todas las naciones tienen algo
que las diferencia de las demás,
pero nuestra España tiene un verbo
que todas quisieran imitar,
que todas quisieran imitar.
Españolear, españolear.
Cantan, rien, sueñan y disfrutan,
juegan con el sol con ansiedad,

Todos los que aquí vienen de
Francia, Suiza, Italia y Holanda,
Alemania, escocia y Portugal
buscan nuestro sol, nuestra alegría,
cosas que no tienen por allá,
cosas que no tienen por allá.

Españolear, españolear

Cantan, rien, sueñan y disfrutan,
juegan con el sol con ansiedad,
se ponen muy tristes cuando marchan
porque dejan de españolear,
porque dejan de españolear.

Podríamos terminar el cuento elegido con aquel recordado... colorín colorado..... o bien con ....como dice don Crispín, este cuento llegó a su fin.
Elegir uno de los dos finales es fácil. Más difícil es, a veces, distinguir la línea divisoria entre nuestra realidad cotidiana despojada de toda ficción  y esa otra realidad cotidiana sistemáticamente aderezada con  cuentos cuyo objetivo es  confundirnos  a base de trampas, engaños y embustes.

* La canción Españolear  está recogida en el libro " Cancionero general del franquismo" (1939- 1975), de Manuel Vázquez Montalbán.- Editorial Crítica, 2000.

4 comentarios:

AGL dijo...

Con León Felipe digo:

SÉ TODOS LOS CUENTOS
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos"

¡YA está bien de cuentos!

Anónimo dijo...

Ya está bien de cuentos, si. De historias trucadas, de mordazas invisibles, de orejeras permanentes que no nos dejan ver lo que nos rodea,...y del miedo siempre presente para que así la manipulación sea completa. El miedo y ...la culpa.Dos ingredientes básicos para anular y someter de forma "dulce y voluntaria". (JAEM)

Anónimo dijo...

Recordemos qué en los cuentos las brujas malas terminaban en los calderos, los gañanes soberbios derribados de las torres de su castillo, los lobos feroces huyendo con el rabo entre las patas y los despreciados patitos feos convertidos en elegantes y hermosos cisnes.( Gea)

Anónimo dijo...

Sería magnífico que el escenario presente inundado de cuentos y cuentos,...y más y más cuentos sin parar, terminase así. (JAEM)