“…al clero se le encomendaba la organización de toda una serie de actos encaminados a obtener de la divinidad el fin de las calamidades. Aquí entrarían las rogativas y procesiones para acabar con las sequías o las abundantes lluvias, con las plagas, las epidemias, las guerras, etc. Un ejemplo curioso, en 1603 se dio en Jerez una plaga de pulgón en las viñas, ante la cual el cabildo municipal acordó “excomulgar” al pulgón, tarea que realizaría el padre trinitario fray Francisco de Porras, que recorrería los pagos de viñedos diciendo misas y excomulgando”.
La información está extraída de A.M.J. A.C., Cabildo 10-4-1603, f.126. Citado en D. Caro (Coord). Historia de Jerez de la frontera. Tomo 2. Diputación de Cádiz. 1999. P.154
3 comentarios:
No me quiero poner nostálgico, pero recuerda al servicio militar cuando se arrestaba al mulo o al cetme. Para superar toda esta superchería vuelve a cobrar vigencia el "sapere aude" kantiano. JRDC
Cuando lo que tenían que darle a los pulgones era precisamente eso: hostias.
Me viene ahora a la memoria el famoso "Caso Añoveros". Obispo en el País vasco,y que por enfrentamientos con el gobierno del General, la Santa Sede estuvo apunto de excomulgar al susodicho y todo su gobierno, en las postrimerías del Franquismo.Hubiese superado con creces la historia de los pulgones. JAEM
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