Conocí a "A". en el 97, cuando frecuentaba la terraza de un bar situado junto a la antigua Estación de autobuses, donde acudía en el verano diariamente, invariablemente, a tomar un cafelito después de comer. Debe recordarse en mi disculpa aquello de que el hombre es un “animal de costumbres” (de malas costumbres, dirían algunos). Yo siempre tomaba café mientras leía el periódico o un libro y "A." acudía allí con una motillo en la que llamaban la atención sus grandes serones. Puesto que a esas intempestivas horas de las tardes de verano apenas había otros clientes, poco a poco, después de saludos y conversaciones intrascendentes, acabamos hablando de casi todo. Un día me pidió que le ayudara a rellenar unos papeles “a ver si me dan un trabajo en lo de la limpieza”. Pero no tuvo suerte. En medio, me contó algunas cosas de su vida, de su trabajo en Mallorca, de su paso “poquito tiempo” por el trullo, de como le apretaba (con las dos manos, fuerte) el paro…
Un día cualquiera, cuando iba a tirar la basura lo encontré rebuscando en los contenedores. Me quedé cortado y entendí de pronto para que servían aquellos grandes serones que "A." llevaba en su moto. Sentí un gran apuro los siguientes días, por si me lo encontraba de nuevo en aquel bar al que el tampoco faltaba, pero me lo puso fácil: “el trabajo está malo para la gente como yo y me gano la peoná rebuscando chatarra y otras cosas en la basura que luego vendo en el mercadillo o por los barrios”. Desde entonces volví a encontrármelo más veces cuando iba al contenedor a tirar la basura y él iba al contenedor a recoger lo que la gente como yo tirábamos. Para mi era igual de cortante, pero él me lo ponía cada vez más fácil y me hablaba de lo que se encontraba (de lo que tirábamos), de lo que sacaba por ello… y de lo mal que seguía estando conseguir un trabajo: “siguen sin llamarme para lo de Urbaser…”.
Hace poco vi su moto parada junto a unos contenedores y supe que él andaría rebuscando por allí. Así que paré para saludarlo y le pregunté como andaba. "A." ¿Cómo te va? ¿Cómo está la cosa con la crisis? Sí, ya se que es una pregunta imbécil… “¿Crisis? La gente como yo estamos en crisis desde que nacimos”. Eso me dijo. Me lo dijo mientras (se) buscaba la vida en un contenedor.
Un día cualquiera, cuando iba a tirar la basura lo encontré rebuscando en los contenedores. Me quedé cortado y entendí de pronto para que servían aquellos grandes serones que "A." llevaba en su moto. Sentí un gran apuro los siguientes días, por si me lo encontraba de nuevo en aquel bar al que el tampoco faltaba, pero me lo puso fácil: “el trabajo está malo para la gente como yo y me gano la peoná rebuscando chatarra y otras cosas en la basura que luego vendo en el mercadillo o por los barrios”. Desde entonces volví a encontrármelo más veces cuando iba al contenedor a tirar la basura y él iba al contenedor a recoger lo que la gente como yo tirábamos. Para mi era igual de cortante, pero él me lo ponía cada vez más fácil y me hablaba de lo que se encontraba (de lo que tirábamos), de lo que sacaba por ello… y de lo mal que seguía estando conseguir un trabajo: “siguen sin llamarme para lo de Urbaser…”.
Hace poco vi su moto parada junto a unos contenedores y supe que él andaría rebuscando por allí. Así que paré para saludarlo y le pregunté como andaba. "A." ¿Cómo te va? ¿Cómo está la cosa con la crisis? Sí, ya se que es una pregunta imbécil… “¿Crisis? La gente como yo estamos en crisis desde que nacimos”. Eso me dijo. Me lo dijo mientras (se) buscaba la vida en un contenedor.
1 comentario:
Es cierto, los pobres no reconocen las crisis de los ricos...pobres ricos.
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